Es una absoluta barbarie, peor, es una gigantesca idiotez (en el sentido griego y etimológico de la palabra). Por estos días se comenzó a destruir uno de los jardines mexicanos más importantes de todos los tiempos. En el mero Chapala, a una cuadra larga del Ayuntamiento y a 45 minutos de la Secretaría de Cultura y a tres horas y media de la Dirección de Arquitectura del INBA. Es el llamado Jardín del Mago (con casa adjunta) de Luis Barragán. Este columnista tiene dos fuentes primarias que acreditan la autoría de ese espacio al único Premio Pritzker (especie de Nobel de la arquitectura) de nuestro país.La primera es la del ingeniero Juan Palomar y Arias, amigo cercano de don Mago y de don Luis, y de quien se conservan los dichos y las fotografías de los tempranos años cuarenta del jardín y la casa en proceso, en donde figuran doña Luz, don Mago y don Luis componiendo el jardín y la casa. La segunda es los dichos reiterados de don José (¿?), jardinero por decenios de la casa y quien relató hace unos veinte años a quien esto escribe cómo don Luis fue disponiendo el jardín en colaboración con su hermana doña Luz y don Mago: terraplenes, muros, escaleras, pavimentos, árboles, plantas, todo. Contaba cómo don Luis tenía su propio cuarto (planta alta, dando al sur y con terraza) en la casa de su hermana. Cómo volvía y volvía para continuar y finalizar su obra. Son fuentes primarias -dirían los historiadores- aunque estén muertas. Una fuente tendría 124 años y la otra como 120, así que ni modo. Me tendrán que creer de buena fe.Negar la autoría de Barragán de jardín y casa puede ser aparentemente muy práctico en términos comerciales: se puede, por ejemplo, vender el jardín “como terreno” y se puede comenzar a demolerlo -¿en colusión con el ayuntamiento?- con total impunidad. Nomás que es un crimen contra el patrimonio cultural mexicano y universal. Así de fácil, así de claro. ¿Por qué un crimen? Porque esa precisa casa con su extenso jardín (5000 m2 aprox.) en la ladera del cerro de la Cruz y con extraordinaria vista a la laguna es clave para entender a la arquitectura jalisciense contemporánea y a la jardinería chapalteca y universal.Esta obra es el preciso eslabón entre los jardines de Ferdinand Bac, maestro directo de Barragán, en Les Colombières, Francia (1922), y los Jardines del Pedregal de San Ángel (1948) una de las obras más importantes de la jardinería y la arquitectura de todos los tiempos, aclamados por unanimidad internacional. Situemos a la casa y al jardín del Mago en 1942: son nada menos que el ensayo general, la génesis, el antecedente a la trayectoria jardinística de Barragán. De este tamaño es la estupidez y el crimen de querer demolerlos. No tiene ni media vuelta de hoja.Ahora bien: el asunto tiene un sencillo arreglo, conveniente para todas las partes. El Ayuntamiento debe clausurar de inmediato la obra, lo que es su obligación. La Secretaría de Cultura de Jalisco y la Federal (INBA) también deben de clausurarla, lo que también es su obligación. Una vez calmados los destrozos y los ánimos, se debe encontrar una alternativa que convenga al vendedor del terreno, al comprador y ejecutor de la fechoría, a las autoridades para no seguir haciendo el ridículo, y al patrimonio artístico nacional y universal.¿Cómo? Una sugerencia: dar a casa y jardín un uso compatible con su valía y con la conservación integral del patrimonio. Encontrando usos rentables que le den a vendedor y comprador igual o fácilmente mayor utilidad que haciendo -como se intentaba- unos viles “locales comerciales”. Todo es cuestión de acercarse con las instancias adecuadas que pueden dar asesoría gratuita al caso. Para empezar, con la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, teléfono (55) 5515 4908. Así de fácil. Ya estuvo con los desastres de nuestro patrimonio. Ni uno más.Terminemos con una nota de optimismo: enfrente de la casa del Mago, sobre la calle Hidalgo de Chapala, está Villa Adriana, que fuera propiedad del gobernador licenciado Jesús González Gallo. Es otra obra inapreciable, comenzada por Pedro Castellanos Lambley y terminada por Luis Barragán. Su estado de conservación y respeto, al día de hoy, es impecable. (La fotografía que se integra en la columna corresponde a la única obra “firmada” físicamente por Barragán. El letrero de bronce está en la fachada de las casas dúplex del Parque México, en la ciudad del mismo nombre, y fue tomada antier. Las dos casitas gozan de cabal salud.)jpalomar@informador.com.mx