El domingo pasado Antony Blinken, Secretario de Estado estadounidense habló por teléfono con el Presidente de El Salvador Nayib Bukele “para manifestarle serias preocupaciones ante la decisión de remover la más alta corte (Sala Constitucional) y al fiscal general Melara’. Y fue enfático el funcionario encargado de la política exterior norteamericana que “la acción democrática de gobierno es respetar la separación de poderes”.Lo mismo sucedió con la Organización de Estados Americanos (OEA). En un comunicado firmado Luis Almagro, secretario general del organismo, dice “rechazamos las destituciones, así como las acciones del poder ejecutivo que guiaron a esas decisiones”. Mientras que Juan Gonzalez, el enviado para hemisferio del Presidente Joe Biden, envió un extrañamiento con su rúbrica y la frase “Así no se hace”.Si a El Salvador por esas decisiones se le llama directamente desde Washington, ¿que se podría esperar que suceda con México?. En nuestro país los casos de injerencia de la presidencia en otros poderes, las descalificaciones, las críticas a sus miembros y las amenazas son el ‘pan de todos los días’.Y vamos a los ejemplos. La manoseada extensión de dos años del magistrado Arturo Zaldivar al frente de la Suprema Corte promovida desde Palacio Nacional a través de los legisladores de Morena en el Congreso, además de la campaña de descalificación de los jueces, a quienes le mandó decir “En caso de que los integrantes de la Corte no avalen dos años más del ministro Arturo Zaldívar al frente de la misma, ¿ellos no estarían convirtiéndose en cómplices de la corrupción que tanto queremos erradicar de México?”. Por otra parte, las acusaciones en contra del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que fallaron para que se retirara la candidatura de Felix Salgado Macedonio en el estado de Guerrero, a los que calificó de “antidemocráticos, anticonstitucionales y tramposos''. Y qué podemos decir de las amenazas de desaparecer el Instituto Nacional Electoral (INE) y que sea el Poder Judicial quien ventile y decida sobre los temas electorales."Hay que seguir adelante, hay que hacer valer la democracia. ¿O ustedes creen que los consejeros del INE o los magistrados del Tribunal electoral son demócratas?. Yo digo que no, al contrario, conspiran contra la democracia”, dijo López Obrador. Y para rematar, como nunca en la historia, Mario Delgado, presidente de Morena -dirigido por AMLO- arremete en contra de los órganos electorales -por el caso Salgado Macedonio- y los califica de “cochinos, torpes e ignorantes”. Mientras que el mismo Salgado Macedonio le advierte al INE y al TEPJF “me los voy a chingar”.Estos son solo algunos -de los muchos- ejemplos de la descomposición política y hasta donde hemos llegado con un gobierno que en la medida que más avanza su administración más son los riesgos que se corren y de lo que Estados Unidos debe estar en pleno conocimiento de lo que sucede con el vecino. ¿Cuál será su respuesta con México?. Un ‘jalón de orejas’ como sucedió con El Salvador no parece un escenario similar. Joe Biden tiene con la crisis de migrantes en su frontera sur una ‘papa caliente’ que amenaza la propuesta de su plan migratorio, y en México tiene a un aliado que le puede ayudar a controlar o aminorar el flujo de centroamericanos. Por esta razón, el presidente estadounidense aparentemente prefiere ignorar lo que sucede al interior de la política mexicana para tener un aliado y no a un vecino molesto e incómodo. Así que una llamada de atención de Washington al gobierno de López Obrador no parece estar en el futuro mediato de la relación. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net