Desde que se inventó la escritura fue necesario preocuparse por el medio o soporte para ponerla: algo que durara y que, de preferencia, fuera fácilmente transportable. Se usaron entonces en la antigüedad tabletas de piedra o de arcilla (aunque eran pesadas y no muy prácticas), tablillas enceradas (pero la cera se derretía) y otras cosas así, algunas de las cuales han sobrevivido, pero no tantas.Los egipcios entonces inventaron el papiro en tiempos lejanísimos, desde la Primera Dinastía (en la Edad de Bronce, así como tres mil años antes de Cristo), y por muchos siglos y en muchas partes fue el soporte más usado para escribir. El papiro se fabricaba a partir de la planta de ese nombre, que crecía en abundancia en las márgenes del Nilo, una especie de junco o carrizo que con mucha frecuencia se ve en las pinturas egipcias con su penacho como abanico. Se pelaban los tallos y con la pulpa de adentro se hacían tiras que luego se aplastaban y se pegaban en dos capas empalmadas en sentido horizontal y vertical. Generalmente se escribía sólo de un lado, en sentido horizontal.El papiro reinó como soporte preferido durante largos siglos. En lugares secos de la cuenca mediterránea se han encontrado ya en la época moderna, sobre todo a partir del siglo XIX, muchos y muy importantes papiros, completos o en fragmentos, pero no han sobrevivido donde el clima es húmedo. Debe haber sido por esa razón por lo que a mediados del primer milenio aC empezaron a usarse el pergamino y otros “papeles”, menos quebradizos al enrollarse. Pero todavía en el siglo I dC, Plinio el Viejo piensa en el papiro cuando escribe que “nuestra civilización, o en todo caso nuestros documentos, dependen en gran medida del empleo de papel (chartae)”. El historiador explica también cómo se fabrica y describe las distintas calidades y tamaños en que se vendía en el Imperio romano, desde una especie de papel de estraza para envolver mercancía hasta el de mayor calidad, destinado a la escritura de las leyes, la correspondencia oficial o los libros sagrados. El papiro fue perdiendo terreno frente al pergamino, hecho sobre todo con pieles de cordero o cabra, que también se usaba desde tiempos muy antiguos; entre las razones por las que Egipto perdió el monopolio están la preferencia por los códices (los libros doblados y cosidos) sobre los rollos, la caída de Roma, la conquista del norte de África por los mahometanos, la difusión del papel y la pérdida de las zonas pantanosas del Nilo al crecer la frontera agrícola.Pese a todo, el papiro nunca desapareción completamente; hasta el año 1022 siguió siendo el material de prestigio en el que se escribían las bulas papales. Como nota curiosa, hace cosa de tres años, en 2016, después de mucho discutirlo, el Parlamento inglés dejó de escribir en pergamino las leyes que promulga (aunque las sigue encuadernando en vellum). Dado que las primeras fábricas de papel en Inglaterra datan del siglo XV, eso significa que Lores y Comunes se aferraron al uso y la costumbre por más de medio milenio.