El tema de los migrantes en México es un tema muy fuerte. El domingo pasado, ocupados quizás por las noticias de la muerte de Vicente Fernández y el campeonato obtenido por el Atlas después de 70 años, no prestamos suficiente atención al hecho de que una caravana de migrantes procedentes de América Central cruzando nuestro territorio llegó a los límites de la Ciudad de México y fueron recibido por policías pertrechados y la idea original de contenerlos para no avanzar terminó en un enfrentamiento a patadas, palos y piedras.Hubo varios heridos de ambos bandos. Imperdonable.Pedían que se les dejara entrar a la ciudad para ir el 12 de diciembre a visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe en el norte de la ciudad.Producto este enfrentamiento del doble discurso (o quizás discurso “ausente”) del Gobierno federal sobre los migrantes centroamericanos que ha sido laxo en lo que tiene que ver con el ingreso de miles de migrantes por la frontera sur y su ulterior movimiento por distintas carreteras y caminos pero que en cuanto amenazan la vida de ciudades ya más complejas como la capital recurren a la fuerza para tratar de contenerlos.No hay una política clara de migración.Y merced también a la corrupción vemos cómo migrantes “privilegiados” porque tienen los recursos económicos son trasladados con total impunidad cruzando garitas y retenes sin ser detectados en su camino hacia la frontera norte como el enorme tráiler que transportaba a 161 migrantes apretujados en la caja, que volcaron y fallecieron 55 de ellos apenas la semana pasada.Nos enteramos del tránsito de ese tráiler por el accidente y no porque hubiese sido detectado por las distintas autoridades mexicanas.La migración hace mucho tiempo que dejó de ser una aventura romántica de quienes elegían buscar una vida mejor dejando atrás patria, familia y lugar de origen.Hoy esos miles de centroamericanos que han cruzado, cruzan y siguen cruzando la frontera sur de México son una huída desesperada de situaciones terribles de pobreza, violencia y circunstancias políticas.No les queda de otra. Esos países están literalmente vomitando gente y siguiendo una ley de ósmosis sociopolítica buscan territorios prometidos donde las cosas estén mejor y haya oportunidades.Si México está mal con más de la mitad de la población en situación de pobreza y buena parte del territorio tomado por el crimen organizado imagine cómo estarán esos países para que el nuestro sea mejor opción.Debe ser dantesco.Y sin discurso ni políticas claras sobre migración, de manera natural México silenciosamente los recibe y los absorbe en distintas regiones brindándoles oportunidades, es cierto, pero llegando a niveles de presión en ocasiones muy preocupantes como ocurre en distintas ciudades de la frontera con Estados Unidos.El tema de los migrantes en México es terrible, porque si bien terminan por ser absorbidos, adaptarse y salir adelante, con el aumento en su número día a día es una olla de presión que crece y crece.Y entrarle al tema vaya que es un reto.platapi@hotmail.com