Hay ocasiones que uno sale desesperado, no buscando quién te la hizo sino quién te la va a pagar… Desgraciadamente tengo una natural inhabilidad para los conflictos, en un pleito lo más que puedo hacer es poner mi ojo en donde el rival va a poner la rodilla.Pues contándoles más de mis dramas de salud, ya que tras las ruinas hospitalarias quedó absolutamente probado que tengo que obedecer o darme de baja del club de niños gordos de la calle Federalismo y descubrí una cosa terrible: tengo nada más 62 años fumando como loco, no es un gusto, no es un acto que esté sujeto a voluntad, soy vicioso, punto.Y mi amadísima mujer, que es más viva que el hambre, durante mi ausencia decidió invitar, según eso, a Muñatón, que se llevó todos mis puros, cajas e instrumentos que tuvieran que ver con ellos. Yo no sabía quién era Muñatón, pero alguien me recordó que según la sobrina de nuestro señor Don Quijote, era un mago poderosísimo que se llevó sus libros de la biblioteca; a diferencia eso, a mí me dejó los libros, pero no me los puedo fumar, entonces me he lanzado a tener que obedecer como cualquier republicano, pero me choca el trenecito. Además de que, igual que le ocurrió al de La Mancha con su sobrina, mi amado tormento le cambió el nombre al encantador de marras, pues no era Muñatón sino Frestón, un autor clásico, pero sí se llevó mis puros, además de ser un autor clásico, es un hijo de su reverenda progenitora.No es divertido estar viviendo sin fumar y ya me veo comprando algún género de equipos de esos que la gente aparentemente usa para hacer ejercicio, pero que en realidad son pijamas, con tal de decir que hacen apología de la vida sana.Maravillosamente viene la FIL, pero entre los pubertos de nuestro amadísimo líder y guía, el señor licenciado y cómo me dejaron económicamente los gastos médicos, creo que voy a tener que hacer una casa-FIL, donde compre los libros que ya tengo en la biblioteca. Porque además fíjese, en aquella FIL que era maravillosa, ahora ya no se puede fumar; por el estado de salud, no puedo circular y por falta de dinero, no puedo comprar, ¿a qué voy?Así que les aviso a los que saben que -desde que se fundó- nunca había faltado a esa ceremonia, que ahora no voy a ir, para que se la sepan. Y siempre he pensado que sería maravilloso que nos decidiéramos a leer. No mucho, cuando menos un libro chico, barato, con letra grande y de preferencia con monitos, una vez al año. Nuestro tlatoani acaba de lanzar su best seller, que junto con las demás obras presidenciales, estará en los departamentos de pornografía de la FIL.Por cierto, los invito a platicar el próximo martes 26 a las 19 horas, en el antiguo Cuartel Colorado (para los nuevos: González Ortega 679, colonia Centro).@_enriguezuloaga