La designación de Paco Taibo II al frente del Fondo de Cultura Económica, la editorial pública más importante de habla hispana, ha desatado una cascada de comentarios y enconos que muestra, una vez más, lo partido que está el país. Hay dos tipos de argumentos: los legales y los de proyecto. Los primeros tienen que ver con una absurda ley que impide a los que no son mexicanos por nacimiento ocupar cargos de dirección de entidades paraestatales; los segundos con una discusión sobre cuál es el papel de El Fondo en la cultura nacional.Si la discusión sobre la elegibilidad de Taibo sirve para desterrar de una vez y para siempre esa absurda ley que hace mexicanos de primera y de segunda, bienvenidos los cambios con destinatario. Una de las tristes herencias del nacionalismo revolucionario que hoy celebramos es la construcción social del “masiosare”: todo el que viene de fuera es potencialmente un extraño enemigo. Un mexicano, es un mexicano sea por nacimiento o adopción y limitar los derechos de los segundos es simple y sencillamente discriminación. Modificar la ley para que Taibo II pueda asumir la dirección del Fondo no es hacer una legislación a modo, sino quitar de una vez y para siempre un absurdo legal.El fondo del asunto es si Paco es o no el candidato correcto para dirigir el Fondo. Se trata de una discusión ideológica envuelta en argumentos pretendidamente técnicos. ¿Tiene Taibo II las calificaciones para ser director del FCE? Por supuesto que sí. Paco no es un editor de carrera, él mismo lo ha dicho, pero por esa silla han pasado desde extraordinarios editores hasta políticos y ex presidentes, y podemos discutir si los editores de carrera han dado mejores resultados que quienes no lo son y la conclusión será que en algunas áreas sí y en otras no. Taibo no solo es un hombre del mundo de libros, tanto o más que cualquiera de los directores previos, sino un incansable promotor de la lectura. Va a democratizar o popularizar el acceso de los mexicanos a los libros del Fondo de Cultura, de eso no tengo la menor duda y me parece una tarea urgente. Los nacidos en los cincuenta y sesenta crecimos leyendo las ediciones populares del FCE que comprábamos a precios realmente accesibles en librerías y puestos de periódicos y que por alguna extraña razón se dejó de hacer.Pero me parece que el verdadero temor entre ciertos intelectuales es que el nuevo director cambie la lógica de acceso de los autores al Fondo. La editorial paraestatal se convirtió, más por usos y costumbres, en la casa editorial de unos cuantos, se perdió el rigor de la dictaminación y sobre todo se cerró a nuevos temas.Paco Taibo II no es, como algunos quisieran pintarlo, un destructor, por el contrario, es un gran constructor de instituciones culturales. Por esto, y aunque fuera solo por esto, Paco sí.(diego.petersen@informador.com.mx)