Tener otros datos significa tener información distinta y aún opuesta a la que ofrece una determinada fuente, sólo que hoy día abundan las fuentes y cada una tiene siempre otros datos, así sucede que no sabemos si este es el primer informe o el tercero o el cuarto, ni si se trata del primer año de gobierno o de los primeros nueves meses o de los primeros catorce meses, todo depende de los datos que se tengan.Los datos que no cambian hay que buscarlos en la esencia del discurso presidencial que desde el sexenio de Luis Echeverría, salvo ligeros matices, sigue siendo el mismo, construir un nuevo sexenio a partir del desmantelamiento del anterior, o de una vez, de todos los anteriores, lo cual nos da nuevos datos: llevamos ocho sexenios fallidos que además han logrado ser siempre peores que el anterior, por más que el sucesivo afirmó y dijo siempre que sería mejor.Tampoco ha cambiado el populismo permanente de los gobiernos mexicanos que ayer daban despensas, electrodomésticos, bonos y tarjetas, y hoy ofrecen becas, pensiones y subsidios directos sin que se vea con claridad cómo estas acciones abonan al crecimiento y al desarrollo del país, ambas cosas, porque ambas son necesarias y constituyen el camino efectivo a la superación de la pobreza y el subdesarrollo.El combate a la corrupción ha sido también una canción repetitiva a la que sólo se le va cambiando la tonada; los arrestos, los procesos, los amparos o las prisiones sexenales son efectos especiales ya bastante vistos con algunas variables en el gobierno actual que todavía no garantizan, quizás porque todavía es muy pronto, una postura seria, confiable, y sobre todo, institucional.En el entretanto la enorme mayoría de los medios de comunicación parecen haberse unido en una única y empobrecedora postura, criticar todo cuanto haga el presidente, lo que dice, lo que deja de decir, cómo se viste, cómo habla y cuánto tarda en hacerlo, si miente y en qué medida, o si sólo es un “echador” compulsivo; para dichos observadores y analistas todo ha estado mal y muy mal, juicios crasamente parciales que vuelve a los comentadores inevitablemente sospechosos, pues hasta los peores gobiernos que hemos tenido, hicieron cosas positivas, ¿excepto este que va comenzando?Para desgracia del país, el escenario económico mundial ha empeorado, en parte por la petulancia agresiva y neoimperialista de Estados Unidos e Inglaterra, cuyo primer ministro acaba de dar un golpe a la democracia británica muy acorde a las nuevas tendencias dictatoriales que nublan el cielo de medio mundo. Hasta quienes estaban sacando su dinero de México o pensaban hacerlo ahora se preguntan a qué país habría que mandarlo, dados los índices actuales de la recesión mundial.Lo que en México sí que se agrava día con día, pese a la 4T, es el tema de la inseguridad ¿Qué sigue? Que el presidente pueda solicitar al Congreso facultades especiales, que el Congreso se las otorgue, que efectivamente la delincuencia pueda ser si no erradicada, sí sometida, que el impacto social de este éxito otorgue al gobierno tal respaldo que pensar en su remplazo resulte una locura, ¿tiene alguien otros datos?armando.gon@univa.mx