México y Estados Unidos no solo comparten una frontera de más de 3,000 kilómetros, sino que también tienen contorno y proximidad marítima en el Golfo de México; son nuestros principales socios comerciales; en el país vecino radican casi 40 millones de mexicanos -casi el 12% de la población total y representan el 63% de hispanos que hay al norte del Río Bravo- de los que recibimos casi 50 mil millones de dólares anuales, que son ni más ni menos que nuestro principal ingreso; somos el corredor -y productor- para el tráfico de drogas; los elevados índices de criminalidad se cometen con armas que viene de allá, etc. Esa proximidad, cercanía o inmediación, nos obliga a tener un contacto diario, directo e inmediato en los miles de asuntos que cotidianamente surgen y que obligan a estar entrelazados permanentemente.Todos los días hay cuestiones que discutir para salvar los obstáculos que se presentan en una relación tan estrecha y siempre hay motivo para reunirse, planear y dialogar en una infinidad de temas.Esta semana le comunicaron a Andrés Manuel López Obrador que Joe Biden lo invitaba a una llamada virtual -a celebrarse mañana viernes- y durante la mañanera del martes se le preguntó cuáles serían los temas a discutir y socarrona e inocentemente contestó pausadamente, “vamos a ver de qué se trata, ya les vamos a informar una vez que se haya dado la llamada, lo cierto es que no se cual sea el propósito”.Suena imposible -porque sería patético-, que de la Casa Blanca hagan la llamada a la presidencia de un país solicitando una conferencia con el presidente de la República sin decir los asuntos que se quieren abordar -que horas después el Canciller Ebrard aclaró los generales de la agenda-. Dio la impresión que el presidente está poco informado - o finge demencia- de los verdaderos asuntos que al país le interesan -que no son su prioridad- o simplemente no quiso ahondar en los detalles cuando aún tiene muy fresca ‘la paliza’ o ‘doblada’ que a su ‘piñata’ le dio el expresidente Donald Trump, pero seguramente sobre los migrantes es la materia de fondo de lo que Biden quiere tratar.Es muy obvio, que entre la serie de problemas que enfrenta Biden en estos momentos -la invasion de Rusia en Ucrania, la inflación y una baja popularidad, sólo por mencionar algunos- algo que le está ‘levantando polvo’ es la cuestión de las caravanas migrantes, la llegada de cientos de ucranianos en busca de asilo a través de territorio mexicano y el retiro del Artículo 42 -implementado en el 2020 por el expresidente Donald Trump con el pretexto para contener la pandemia del covid y enviar a México a los migrantes-. A partir del 23 de mayo -como lo sugirió la administración Biden- con la revocación de esta medida, los migrantes ya estarán en posibilidad de solicitar asilo o protección humanitaria y pedir que su caso sea revisado por un juez. Ahora -en caso de eliminarse la aplicación del Artículo 42, que el martes pasado un juez federal frenó temporalmente hasta la audiencia que está programada para el 13 de mayo-, motivará a más migrantes a viajar a la frontera a pesar de las advertencias de no hacerlo, ya que ellos solo piensan en sus necesidades, no entienden razones legales y siguen buscando lograr ‘el sueño americano’.Que se continúe aplicando el Artículo 42 -que desde que se aplica han sido regresados a México 1.7 millones de personas y que significa por la nueva decisión judicial que los migrantes continuen permaneciendo en nuestro territorio- o que se elimine, de cualquier manera el paso de migrantes a través de territorio mexicano seguirá prevaleciendo y los problemas aumentando en la frontera, con quienes se hacinan de nuestro lado e intentan cruzar ilegalmente al país vecino. Para ello se requiere coordinación, ayuda, colaboración y asistencia del gobierno de México.Biden ya reveló el plan donde destacan recursos, personal, transporte e instalaciones y refuerzo de operaciones para castigar los ingresos de los migrantes sin documentos, además de la asistencia más significativa a las ONG 's (organizaciones no gubernamentales) en ambas partes de la frontera -a lo que repetidamente crítica y se opone Lopez Obrador- para que asistan y cuiden de los miles de desamparados migrantes.La pregunta ahora es, ¿Cuál será la respuesta de López Obrador a una posible petición de continuar siendo ‘sala de recepción’, de mayor vigilancia, así como aplicar más rigor en la actividad policial para impedir el paso de migrantes por nuestro territorio y que las organizaciones civiles mexicanas reciban más ayuda financiera de Washington? Será una buena prueba. ¿Se ‘doblará’ a la petición o nos mantendremos como piñatas irrompibles? ¿Usted, qué opina? daniel.rodriguez@dbhub.net