Fue una noche beisbolera de auténtico festín para los aficionados al Rey de los Deportes la que se disfrutó el pasado viernes 26 de octubre en el estadio casa de los Charros de Jalisco, la que sin duda ha quedado grabada en la memoria de la fanaticada, en el libro de los récords del beisbol mexicano y de la organización albiazul jalisciense, pero especialmente en la mente y el corazón del serpentinero veracruzano Orlando Lara, quien seguramente no podrá olvidar jamás el cúmulo de emoción y alegría que le invadió al momento en que al cantarse él último out del juego en que los albicelestes apalearon 17 carreras a cero a los Águilas de Mexicali, se consumaba también la gran hazaña que había labrado a lo largo del cotejo, pues Lara se convirtió en uno de los 50 lanzadores que en el marco del historial del beisbol profesional mexicano ha logrado lanzar un juego completo sin recibir hit ni carrera.Emociona aún volver a revivir el momento en que tras el último lanzamiento de Lara que puso fin al juego, Orlando se dejó caer de rodillas en el montículo y tras abrazarlo expresar una muestra de gratitud hacia lo más alto, en tanto se abalanzaban jubilosos hacia él en tropel todos sus compañeros peloteros, así como el mánager Roberto “Chapo” Vizcarra, los integrantes del cuerpo técnico y muchos de los directivos de la organización beisbolera profesional jalisciense, al tiempo que recibía la cálida y ruidosa ovación de miles de fanáticos.Al inicio del juego había en el estadio un ambiente de expectativa sobre lo que el equipo podría ofrecer a la fanaticada, luego que regresó a jugar en casa tras la visita a Los Mochis y a Ciudad Obregón, en una gira que le redituó al conjunto jalisciense división de éxitos, ya que los Charros le ganaron dos cotejos y la serie a los Cañeros en el Estadio Emilio Ibarra Almada perdiendo un juego del serial, en tanto lograron sólo un triunfo -en el primer cotejo de la serie- ante los Yaquis en su nuevo estadio de la Antigua Cajeme, mas quedando un buen sabor al haberse ganado el juego inicial de dicha serie con una auténtica joya de pitcheo a cargo del importado Will Oliver y sucumbiendo en los juegos restantes tras dos fragorosas batallas que tuvieron que definirse en extra innings.La expectativa era que Charros ganara y convenciera de su repunte, ya que a pesar de las dos derrotas hiladas al inicio del torneo el escuadrón volvió a la senda del triunfo barriendo aquí en casa a los Naranjeros de Hermosillo dejando lo profundo de la tabla de posiciones y alojándose en las alturas, de ahí que la afición anhelaba volver a presenciar buen beisbol y además saborear más triunfos de su equipo. Pero el ingrediente especial era la presentación en casa del abridor zurdo de Cosamalopan, Orlando Lara, quien cargaba la presión de dos derrotas previas en esta aún naciente campaña y el rezago de la ausencia por lesión durante la temporada anterior.Y así fue como la historia de Orlando Lara se insertó en los libros y está ya entre los muy pocos que han sido capaces de lanzar toda la ruta en un juego sin permitir imparable ni anotación; un juego casi perfecto, de no ser por un error del campo corto Amadeo Zazueta, un pasaporte por bolas malas y otro producto de un golpe. Sin embargo, el hecho de que no llegase a la perfección de ninguna manera resta mérito alguno al enorme trabajo de Orlando Lara desde la lomita de las responsabilidades.Nos cuenta Orlando Lara que sí estaba muy consciente que el juego del pasado viernes era importantísimo para él porque tenía que darle una satisfacción a la afición jalisciense. Hay que recordar que Orlando participó con Charros de Jalisco en casi todas las temporadas anteriores desde el retorno del equipo a esta plaza en la Liga Mexicana del Pacífico, salvo el año pasado por recaer de una lesión, habiendo lucido en la primera de ellas (2014-2015) y también fue aquejado por las inconsistencias en el desempeño del equipo en las dos subsecuentes, de ahí que tenía clara su deuda con la afición de Charros de Jalisco.Confiesa Orlando Lara que tuvo que hacer un trabajo mental importante para dejar de lado la intensa presión que sentía; y en este sentido el vicepresidente deportivo del club, Roberto Castellón, refiere que platicó con él poco antes del juego y le hizo ver la importancia del resultado de su actuación a fin que dejara atrás augurios negativos y abriera un nuevo ciclo de éxito, y buscó propiciarle confianza en sí mismo para que saliera adelante.Dice Orlando Lara que fue a partir del segundo inning cuando sintiendo la fortaleza de las carreras de ventaja que le daba la batería de Charros que vio la posibilidad de, no solamente esa buena salida de calidad que él se planteó dar, sino de concluir toda la ruta del juego, mas sin haber advertido aún que estaba en la posibilidad de lograr un juego casi perfecto. Recuerda que fue en la séptima entrada cuando se sintió fatigado y que quizá no podría terminar el juego, pero consideró que si hacía un mayor esfuerzo podría no sólo culminar el encuentro triunfante, sino además podría lograr la hazaña del no hit no carrera.Y hombre de fe, dice Lara que lo primero que pensó al cantarse el último out fue agradecer a quien él llama “El Creador Todopoderoso”, por haberle dado la fortaleza de lograr esa hazaña; refiere que sabe que tiene ahora encima los reflectores, de que la gente va a esperar cada día más de él y del equipo; y se siente preparado para seguir adelante fortaleciéndose y consciente de que su meta es seguir mejorando su calidad, ganando juegos para su equipo.Ese es Orlando Lara, un hombre sencillo, un hombre franco y llano que se siente contento de estar en la organización Charros de Jalisco, en la que lo han hecho sentir como un ser humano y no como un objeto en el engranaje de la maquinaria para jugar y ganar partidos, y que ahora más que antes se siente preparado para seguir aportando todo lo que esté a su alcance para que Charros sea campeón y sin duda la afición que sigue y apoya a los caporales confía en él.@salvadorcosio1bambinazos61@gmail.com