El camino que hoy inicia Claudia Sheinbaum -en la presidencia-, es el mismo que Kamala Harris pudiera empezar a recorrer a partir del 20 de enero del año próximo. Hoy en Claudia, millones de mexicanos guardamos una esperanza de que se quite de encima “la sombra” de quien la catapultó a Palacio Nacional, muestre una nueva versión de gobernar, alejada de lo que ayer terminamos de vivir con la antigua administración, y erradique de raíz el divisionismo, la sed de venganza y el autoritarismo. De la misma manera con nuestros vecinos del norte, es Harris en quien se tiene depositada la esperanza de evitar la llegada nuevamente de alguien -Trump- quien ha demostrado ser moralmente inadecuado para la presidencia, anteponiendo en muchas ocasiones el interés propio que el bien de la nación.A partir de hoy Claudia tiene una oportunidad histórica, además de ser la primera mujer presidenta, de regresar a México a la tendencia de liderazgo para América Latina, de país más participativo dentro de todas las corrientes políticas y sobre todo de corregir el rumbo interno en la tendencia a ignorar y desatender problemas de violencia, salud -entre otros-, además de evitar “destruir” la estructura organizacional de defensa ciudadana y protección a la democracia. Posiblemente el título, “La única opción patriótica para presidente” que The New York Times publicó ayer en su editorial en respaldo a Kamala Harris, se pueda aplicar indirectamente a Claudia. Dice el rotativo sobre quién debe de llegar a la presidencia -oponiéndose a Trump-, no tiene que “degradar los valores, desafiar las normas, desmantelar las instituciones que han hecho fuerte al país o que atente en contra de la estabilidad de la democracia”.En el editorial de respaldo a Harris, que es aplicable a Sheinbaum, se señala que “las políticas importan. Muchos ciudadanos siguen profundamente preocupados por sus perspectivas y la de sus hijos en un mundo inestable e implacable”.Estamos en el nacimiento de un nuevo ciclo, que en el antecedente vislumbra un panorama sin cambios y sombrío para el país. Sin embargo, la oportunidad de Claudia es histórica para trascender y hacer olvidar un sexenio perdido donde predominó el divisionismo, la retórica, la venganza política y el retroceso. Parafraseando a The New York Times, Sheinbaum tiene “la opción patriótica” para trascender en la historia y posicionar a México en el lugar que se merece.¿Usted, qué opina?