Es curioso cómo asociamos los colores a las cruzadas, pero pocas, muy pocas, tienen el impacto social que deberían. Cada 8 de marzo las autoridades están prevenidas para resguardar la seguridad cuando la ola morada sale a las calles de las principales ciudades del mundo reclamando los derechos y la seguridad de las mujeres; sin embargo, no recuerdo una manifestación tan impresionante como esa para ninguna otra iniciativa. ¿Y si la ola morada también se vistiera de rosa, las autoridades también invertirían mayor atención en la lucha contra el cáncer de mama?Este mes, como en ningún otro en el año, tenemos presente la importancia de la detección oportuna del cáncer de mama. A lo largo de su vida una de cada 12 mujeres desarrollará el padecimiento y sólo la detección temprana puede salvarle la vida. Mucho se habla de prevenirlo; sin embargo, aunque pongamos particular énfasis en los buenos hábitos de vida es casi imposible escaparse de la estadística.Nueve de cada 10 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en etapa temprana logran un tratamiento exitoso, a diferencia de las mujeres a quienes se les detecta el padecimiento en etapa metastásica, donde las probabilidades de éxito se reducen.En México anualmente se detectan cerca de 30 mil nuevos casos cada año, la mitad de ellos en etapa avanzada, y aunque estamos acostumbrados a vincular el padecimiento con las mujeres, también los hombres llegan a desarrollarlo con las mismas condiciones, pues uno de cada 100 varones es diagnosticado.Todas conocemos a alguien que lo ha padecido, algunas lo hemos tenido demasiado cerca y sabemos lo que significa vivir con una madre, una hermana, una hija, una tía, una amiga o una vecina que lo padece; la lucha que enfrentan ellas y sus familias es sin tregua, con todos sus altibajos: desde el acompañamiento en las quimioterapias, la recuperación tras las cirugías, el alivio por haberlo superado, el temor de que regrese o el duelo por la ausencia. Todas y todos libran la misma batalla y siempre deja secuelas.De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada año se identifican más de dos millones de nuevos casos en el mundo y se registran cerca de 700 mil defunciones; contrario a cualquier quiniela al respecto, la mitad de los casos lo padecen mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción de ser mujeres y cumplir con la edad de mayor riesgo, es decir, tener más de 40 años. En esta ruleta rusa no todo está en nuestras manos, el factor genético juega un papel importante que obliga a mantener encendidas las alertas, pero todas estamos expuestas.De acuerdo a la misma OMS, la única manera de revertir las cifras es la educación y el fortaleciendo el sistema de salud de cada país para detectar a tiempo el padecimiento y suministrar tratamientos de eficacia probada en los pacientes con cáncer, de ahí la imperiosa necesidad de que no haya desabasto de medicamentos y de que la detección llegue a todos los rincones del país incluso con unidades móviles si es preciso. Necesitamos a los médicos en cada rincón, allá donde las clínicas especializadas no se encuentran, donde la información no se filtra, donde todavía hay renuencia para que las mujeres acudan a las revisiones médicas. Incluso desde el aspecto económico una detección temprana podría significar una menor inversión en el tratamiento para el sector salud. Anualmente un tratamiento contra el cáncer de mama podría oscilar entre los 100 y 200 mil pesos; sin embargo, en etapa avanzada podría ascender hasta los 350 mil pesos.Este 19 de octubre conmemoremos el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama de la única manera que importa: autoexplórate y acude a chequeos regulares por ti, por mi y por todas.