El nuevo episodio de violencia ocurrido ayer en Ocotlán, cuando un grupo de manifestantes fue dispersado a balazos al aire por elementos de la Guardia Nacional, vuelve a prender los focos rojos de lo que pasa en ese municipio jalisciense de la zona de la Ciénega que ha estado por años permeado por grupos del crimen organizado.La tarde de este domingo los manifestantes bloquearon la avenida Francisco Zarco y llegaron a las afueras de la base de la Guardia Nacional portando consignas en las que exigían la salida de esa corporación policial federal de Ocotlán, y según un comunicado de esa misma institución, los quejosos agredieron “las instalaciones rebasando el portón de seguridad” amenazando con desarmarlos por lo que tuvieron que hacer “tiros de advertencia” y lanzar gases para dispersar la protesta.El Gobierno municipal de Ocotlán no aclaró si hubo apoyo a la GN con sus policías y se limitó a comunicar en sus redes sociales que las autoridades federales ya tomaban “cartas en el asunto” y a pedir a sus habitantes resguardarse en sus casas para “no exponerse”. Hasta el cierre de esta columna, el Gobierno estatal no había hecho pronunciamiento alguno.Este nuevo sobresalto de inseguridad hizo recordar lo ocurrido en febrero del 2018 cuando también decenas de inconformes bloquearon calles con barricadas y quema de llantas para protestar por la presencia de policías federales.Pero en realidad, Ocotlán quedó marcado por la venganza policial ocurrida en el Rancho El Sol en Tanhuato, Michoacán, en la zona limítrofe con Jalisco el 22 de mayo de 2015.Por eso habrá que ver si los manifestantes de ayer tienen o no relación con los familiares del grupo conocido en Ocotlán como los “42 Guerreros”, grupo que fue abatido por policías federales en aquel enfrentamiento, que se dio dos meses después de que cinco elementos de la recién creada Gendarmería, fueron emboscados a las nueve de la noche y en plena cabecera municipal de Ocotlán, sin que la policía municipal hiciera nada para intervenir.La “venganza de Tanhuato” como se llamó aquel episodio negro, fue confirmada por la investigación que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre ese operativo que realizó la PF con helicóptero Black Hawk artillado desde el que dispararon contra los presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nuevo Generación.El informe de esta investigación lo dio a conocer la CNDH el 18 de agosto de 2016 y ahí se concluye que la Policía Federal aplicó fuerza excesiva e innecesaria en 22 de los 42 hombres con los que se enfrentaron y resultaron muertos. La contundencia del reporte dado por el Ombudsman Raúl González, provocó que al día siguiente el Comisionado General de la PF, Enrique Galindo Ceballos, renunciara a su cargo.Por eso, detrás de las cíclicas manifestaciones que se dan en Ocotlán pueden estar los resabios de aquel caso de venganza policial, que al parecer amplió la base social de los grupos delincuenciales que dominan esa plaza, y la falta de una verdadera depuración policial municipal que no se logró ni con la intervención que hizo la Fiscalía estatal en marzo del 2017, y que provocó también protestas a través de redes sociales en las que exhibían fotos de los jóvenes caídos en Tanhuato. La exigencia era entonces que salieran los policías estatales y volvieran a instalar a los municipales. Ayer los reclamos tocaron a la GN.
