Con la batuta a guisa de estafeta, Jesús Medina Villarreal releva a Marco Parisotto como director artístico de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ).Parisotto dejó la vara muy alta. En los cuatro años de su ejercicio, Marco elevó considerablemente el nivel artístico del ensamble; lo proyectó a nivel nacional, con presentaciones en Bellas Artes, el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato y el Festival Internacional de Música de Morelia; lo internacionalizó al realizar una gira por las principales salas europeas y dos por el lejano Oriente; incorporó a su repertorio, con éxito de público y de crítica, a varios músicos –Mahler, por ejemplo– que sólo a rareza se tocaban; trajo a varios solistas y directores huéspedes de excelente nivel…Para lograrlo, Parisotto, apoyado por la Secretaría de Cultura de la administración anterior, Myriam Vachez, partió de una depuración radical de la orquesta. Polémica –tormentosa incluso en sus inicios– porque lastimó sensibilidades y afectó intereses, la medida incluyó la jubilación o el cese de varios atrilistas, y demandó la incorporación de otros tantos, venezolanos (del “Sistema” que ha sido un fenómeno socio-cultural reconocido mundialmente) en su mayoría.Al anunciarse esta semana la designación del nuevo director, tanto la actual secretaria de Cultura, Giovana Jaspersen, como el propio Medina Villarreal, coincidieron en el propósito de que la OFJ mantenga, por lo menos, el nivel que le permite ser –en palabras de Medina– “una de las mejores de México e incluso de Latinoamérica”, y anticiparon algunos proyectos, bienintencionados ciertamente… aunque quizá demagógicos y de pertinencia discutible.La idea de llevar la orquesta a plazas comerciales o a otras ciudades tiene el inconveniente de que sembrar la semilla de la música exige un ámbito propicio para escucharla; quien la oye en un espacio inadecuado o mezclada con otros ruidos, difícilmente la escucha; difícilmente se enamora de ella.La idea de incorporar a compositores jaliscienses en los programas, ya se ha intentado en el pasado (Manuel de Elías, hace tres décadas)… con pobres resultados porque igualmente la producción local, en esa materia, es raquítica. Para incluir a compositoras (mujeres) habría que investigar, primero, si las hay, y cuál es el nivel cualitativo de su producción.En fin: se inicia una nueva etapa, con el reto de seguir construyendo sobre las bases que sentaron la visión de Myriam Vachez y la calidad artística de Marco Parisotto.Que sea para bien.
