Viernes, 22 de Noviembre 2024

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Notre Dame: ¿en qué van las obras?

Por: María Palomar

Notre Dame: ¿en qué van las obras?

Notre Dame: ¿en qué van las obras?

El general Jean-Louis Georgelin, nombrado por el presidente Macron responsable de los trabajos de reconstrucción de de Notre Dame, y el arquitecto en jefe de monumentos históricos, Philippe Villeneuve, continúan al frente de sus numerosas y multidisciplinarias huestes para lograr su objetivo de reabrir la catedral en 2024.

Terminó la primera fase de aseguramiento y consolidación que comenzó desde abril de 2019, inmediatamente después del incendio. Era una etapa indispensable, en la que los operarios se dedicaron a “deshuesar” pedazo a pedazo el andamiaje interno y externo. Luego, a partir de junio de 2020, la operación consistió en aserrar los 40,000 tubos de metal derretido que rodeaban la aguja o “flecha” de Viollet-le-Duc.

Está ya curada, aserrada y disponible la primera parte de la madera de los mil robles seleccionados en todas las regiones de Francia que servirá para reconstruir la flecha y la armazón de madera del transepto y de los vanos adyacentes. Comenzó el segundo y enorme tramo de las obras, que consistirá en asegurar las bóvedas sexpartitas (de seis paños) que presentan mayor vulnerabilidad: una operación que Georgelin describe como “compleja, inédita por su dimensión”, y el arquitecto Villeneuve precisa que es la última etapa de las obras de consolidación y terminará al final del verano.

Por otra parte, los Apóstoles y los símbolos de los Evangelistas de la flecha, únicos sobrevivientes de su destrucción, están expuestos, muy cómodos y seguros, reunidos ya todos por lo pronto  en la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio, en el Trocadero de París (los acompaña ahí el gallo que remataba la aguja, encontrado maltrecho pero reconocible entre los escombros).

Por primera vez pueden ahí verse de cerca, a ras del suelo, las dieciséis esculturas rodeaban la base de la aguja. Las figuras son de grandes dimensiones (3.40 m. de altura), pero sólo pesan 150 k. cada una, pues se usó la técnica de cobre repujado sobre armazón de metal, para que fueran huecas. Cuasimilagrosamente, las bajaron de su lugar cuatro días antes del incendio, pues presentaban fisuras y había que restaurarlas, cosa que nunca se había hecho antes. Así que las mandaron a un célebre taller especializado en la Dordoña, la compañía SOCRA. Las cuatro últimas estatuas en reunirse en París con sus compañeras llegaron a finales de junio.

Las figuras están casi irreconocibles, porque en los trabajos de restauración perdieron su bonita pátina de cardenillo, debida a los muchos años de oxidación, y ahora son -como lo fueron originalmente- de un café brillante, como de bronce. Según el director del taller SOCRA, habrá que esperar algunas décadas para que vuelvan a adquirir de forma natural el verdigrís del pigmento histórico del cobre.

Las esculturas son estilizadas, alargadas a propósito para ser vistas desde abajo. Se habían dañado por la corrosión del fierro de su armazón interna, así que había que “abrirlas” para verificar y reemplazar las partes averiadas. Luego se recubrieron con pintura especial y teflón, para evitar en adelante ese tipo de problemas.

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