Pasaron ya dos años del tremendo incendio de la noche del 15 al 16 de abril de 2019, con sus imágenes difíciles de olvidar que circularon por el mundo entero. En la madrugada, gracias al heroismo de los bomberos y a que esto sucedía en un país serio y bien organizado, las llamas habían sido sofocadas y la catedral de Notre Dame estaba herida pero de pie.A partir de entonces se han sucedido momentos de optimismo y de desánimo, pero ha vuelto la esperanza al ver que el viejo edificio cura sus heridas muy rápidamente, a pesar de las grandes restricciones impuestas por la grave contaminación de plomo y por las medidas contra la pandemia.Los resultados que se han ido logrando se deben al empeño de todos los equipos que trabajan en la obra desde el día siguiente de la catástrofe, y también a los innumerables y generosos donantes de Francia y del mundo entero, que aportan en la medida de sus posibilidades los medios para la reconstrucción. Esa ayuda no ha parado de llegar en todo este tiempo. El delegado general de la Fundación Notre Dame, Christophe Rousselot, comunicó que tan sólo en el presente año se han recibido 750 donativos, y que algunos de ellos provienen de donadores recurrentes. Un dato notable es que más de la mitad han sido contribuciones etiquetadas para el Fondo Catedral de París, destinado exclusivamente al arreglo del espacio litúrgico. En total, hasta la fecha se han recibido 340 000 donativos de 150 países, que representan un caudal de 883 millones de euros. El próximo 7 de mayo tendrá lugar una importante subasta de arte en el Hôtel Drouot, el centro de anticuarios de París, a beneficio de la restauración de Notre Dame.Estos dos años de trabajo sin tregua permiten afirmar ahora que la catedral se ha salvado. En noviembre de 2020 se desmontó el enorme andamiaje calcinado de 40 000 tubos de metal, y en diciembre se desmanteló el gran órgano; el pasado enero se colocaron piezas de sostén de madera dentro del recinto y se acabó de limpiar el conjunto de la bóveda. Con esas tareas terminó el largo periodo de aseguramiento que estará acabado por completo antes del próximo verano, con la instalación de una especie de gran paraguas a la altura del crucero del transepto.Las grandes etapas de restauración por venir están ya planeadas por el organismo público a cargo del proyecto, e involucrarán a un importante número de especialistas de la arquitectura y de los múltiples oficios implicados en una obra de tal magnitud y complejidad; será también una oportunidad única para la formación de aprendices bajo la dirección de los mejores maestros y oficiales de cada uno de los gremios, lo cual habrá de contribuir a preservar y enriquecer la gran tradición francesa de las artesanías y las artes aplicadas y decorativas.Así pues, se mantiene en principio la fecha fijada para la reapertura de la catedral a su función esencial de culto, prometida por el Presidente Macron para 2024.