Urge volver a rifar el avión, hablar de lo perversos que eran los gobiernos anteriores, reflexionar sobre la fortaleza espiritual de los pueblos, del cubrebocas, de las grandes transformaciones que ya se sienten, de cualquier cosa que impida hablar de lo que sí está pasando: una escalada sin precedente en las formas de violencia en el país.No es que las administraciones anteriores no sean responsables, menos aún que las cosas estuvieran bien, pero lejos de mejorar y recuperar la fortaleza y las capacidades del Estado para combatir al crimen, las señales nos indican que estamos en un proceso de deterioro. Dos escenas terribles que salieron a la luz esta semana nos deben poner en alerta sobre el empoderamiento del crimen organizado. En Tepalcatepec, Michoacán, el Cártel Jalisco Nueva Generación atacó con explosivos lanzados desde drones a grupos antagónicos. Es literalmente un bombardeo con proyectiles. Es la misma zona del Pacífico michoacano en los límites con Jalisco y Colima que está en guerra desde hace más de una década, donde hay retenes de grupos del crimen organizado con vehículos artillados y drones. Del lado jalisciense está Jilotlán de los Dolores, un territorio abandonado por las autoridades. Del lado colimense, Tecomán, uno de los municipios más violentos del país. Es una zona perdida. Ahí fracasó el gobierno de Calderón con el Operativo Conjunto Michoacán y Peña Nieto con la estrategia de apoyo a las autodefensas y el nombramiento de un comisionado especial. En el mismo pantano se hunde hoy la estrategia de abrazos, no balazos, de López Obrador.En Morelos, tras el asesinato del alcalde de Xoxocotla, Benjamín López Benítez, apareció una nueva manta de amenaza al gobernador Cuauhtémoc Blanco. “Te vas a quedar sin alcaldes. Te lo advertí. Aquí va el primero…”. Morelos ya estaba en crisis desde hace años, es cierto, pero hoy está al borde del desmoronamiento institucional, con el crimen organizado amenazando y acusando directamente al gobernador y asumiendo el asesinato de un alcalde sin que exista una respuesta eficiente y contundente de las autoridades. Ante cada nueva crisis la única acción del gobierno federal es enviar más elementos de la Guardia Nacional a hacer acto de presencia. Se mueven de un lugar a otro apagando fuegos o más bien recogiendo escombros después de los incendios. Su trabajo está en el sur conteniendo caravanas de migrantes. La Fiscalía y el fiscal general de la República andan en otros temas, persiguiendo enemigos políticos y personales. La Secretaría de Seguridad coordinando campañas de vacunación. Los gobiernos de los estados en sus grillas. ¿Quién responde por el territorio? ¿Quién dijo yo me hago cargo ante las amenazas del crimen organizado en Morelos o los ataques con drones en Michoacán? Nadie. No molestar, estamos transformando.diego.petersen@informador.com.mx