La Suprema Corte de Justicia se ha convertido en el último bastión de defensa de la Constitución.Y por el hecho de cumplir ese papel, también se ha vuelto en “el villano favorito” del Presidente de la República.Eso explica el enojo de López Obrador ante la decisión de la mayoría calificada de los ministros respecto al tema de la Guardia Nacional, la cual rayó en lo insultante y grotesco.La Corte ejerció la función que tiene encomendada, y determinó que la reforma a la ley de la Guardia Nacional era violatoria de la Constitución.El responder: “No les tomen ni el teléfono”, da la dimensión de la molestia del Presidente.Afortunadamente, la mayoría de los ministros ha entendido el rol que está jugando, resistiendo la presión que implica la actitud agresiva de López Obrador.Con su determinación, la Corte no estaba juzgando la eficacia de la política para combatir la inseguridad ni tampoco estaba legislando.Lo único que hizo fue revisar la constitucionalidad de una Ley.Desde que se aprobó, diversas voces señalaron la inconstitucionalidad de la medida.El artículo 21 de la Constitución establece lo siguiente:“La Federación contará con una institución policial de carácter civil denominada Guardia Nacional”.La mayoría de la Corte estableció que la reforma de septiembre del año pasado contradecía los términos del artículo 21 constitucional.En nuestro sistema jurídico, cuando esto sucede tiene preminencia la Ley Fundamental sobre las leyes secundarias, por lo que deben anularse las que contradigan la Constitución.El Presidente López Obrador había señalado originalmente que su pretensión era reformar la Constitución, pero al darse cuenta de que no contaba con los votos suficientes para hacerlo, entonces optó por saltársela mediante una reforma legal que solo le exige mayoría absoluta, con la cual sí cuenta.El enojo de AMLO aumentó cuando percibió que la presidenta de la Corte buscaba hablar con la responsable de la Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, sobre los detalles del cumplimiento de la resolución de la Corte, en una actitud de racionalidad y cortesía política entre poderes.A la Corte como a otros tribunales, como el Electoral, le esperan grandes desafíos, pues hay temas pendientes que deben resolverse y otros que probablemente aparecerán en el futuro próximo.Se va a requerir que los ministros perciban el respaldo público frente a la agresión presidencial.La marcha del pasado 26 de febrero fue crucial para darle a la mayoría de los integrantes de ese Tribunal la certeza de que hay respaldo de la población.Una encuesta publicada el pasado 21 de marzo reveló que el 61 por ciento de los entrevistados tenía confianza en la Corte, una cifra superior al nivel de aprobación del presidente López Obrador, algo que tampoco le gustó nada al Jefe del Ejecutivo.El reto para el bloque mayoritario de los ministros será resistir presiones porque las habrá más intensas aún, y seguir haciendo hablar a sus sentencias… aunque el Gobierno federal no les tome ni el teléfono. Redes sociales: @E_Q_Internet: enriquequintana.comEnrique Quintana