En marzo del 2016 - hace ya más de cinco años- el aspirante a la presidencia Andres Manuel López Obrador se refirió a las condiciones en que se encontraba la economía de México y en un mensaje escribió, “Está tan mal la economía que muchas regiones del país solo viven del dinero que envían los migrantes a sus familiares. Benditas remesas”. Hoy, en el 2021 cuando las remesas son el ingreso número uno y pilar fundamental de nuestra economía, ¿qué dirá el ahora presidente?Solamente en agosto -el último dato estadístico del Banco de México- llegaron al país 4,744 millones de dólares, por lo que a finales de año estaremos hablando de casi 50 mil millones de dólares -en el 2020 se recibieron 40,606 millones de dólares-.La mayoría -si es que no todas- de las remesas que nos llegan provienen de Estados Unidos, país con el que las relaciones están apenas ‘sostenidas con alfileres’ y que mañana tendrán una oportunidad para ‘amarrarse’ con mayor firmeza o ‘darle un jalón’ para empeorar la situación, cuando en suelo mexicano se celebre la reunión de alto nivel, a la que vienen el secretario de estado, Antony Blinken, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el fiscal general, Merrick Garland.Los cargos de los personajes que vienen nos hablan por sí solo de cuáles serán los temas a abordar en la reunión, que no serán precisamente asuntos desarrollados con inversiones, tratado de comercio o intercambios culturales. Es de la seguridad ‘del patio de atrás’ de Estados Unidos de lo que se hablará, donde los asuntos del narcotráfico y migrantes estarán en la página principal de la agenda, y no precisamente el reorientar -cómo quiere López Obrador- la ayuda económica de la Iniciativa Mérida -que es para combatir el narcotráfico y el crimen organizado en México y Centroamérica- para inversiones de desarrollo y que de esa manera se ataque el origen que genera la migración.Desde la llegada de la nueva administración a Washington las relaciones con México son ‘de dientes para afuera’ y de mucha tensión en las ‘entrañas’. Muy recientemente los posicionamientos mexicanos en los temas como la Organización de Estados Americanos (OEA) -a la que López Onbrador quiere sustituir con otro institución sin tomar en cuenta a Estados Unidos-, las ‘reverencias’ y atenciones a los gobiernos de Cuba y Venezuela en los festejos de aniversario de la Independencia y el desaire estadounidense de no aceptar la invitación a venir a los mismos festejos por parte de Joe Biden y Antony Blinken, son una muestra de dónde están las relaciones con nuestros vecinos, quienes son nuestro principal socio comercial y desde donde recibimos nuestro principal ingreso.No se puede poner en riesgo la relación diplomática por caprichos de imposiciones -en base a ideologías personales-, y menos ‘darle de patadas al pesebre’ de donde -por lo menos ahora con las remesas- dependemos económicamente como nación. ¿Usted, qué opina?