Hay historias inexplicables, pero pasan todos los días. Ángela, 41 años, perdió su trabajo. Necesitaba dinero y encontró la solución en Facebook (mal augurio). Descargó la aplicación móvil Cartera Grande de préstamos rápidos. Pidió dos mil 900 pesos que le entregaron de inmediato sin trámites ni requisitos ni revisión en el buró de crédito. El dinero cayó en su cuenta de manera, digámoslo así, casi gratuita y muy barata. Ángela sólo tuvo que hacer una cosa. Una sola. Algo que hacemos todos los días desde el teléfono móvil o la computadora. Seguro tú, lector, lo has hecho en el último mes: conceder acceso a un tercero, una app, una página web o un servicio, de tus datos personales del celular. Ángela, 41 años, desempleada, dos hijos: allí comenzó su martirio. Sin respetar los plazos de pago ni el interés, le dijeron que ya debía cuatro mil 200 pesos. La comenzaron a hostigar: llamadas, mensajes. Todos decían lo mismo: tenemos tus fotos, te vamos a difamar con tus conocidos, vamos a difundir tu información. La crueldad se redobló con el envío de videos de ejecuciones del crimen organizado y un mensaje: “Esto te va a pasar si no pagas”. Dice Juan Villoro que la realidad, que ocurre sin pedir permiso, no tiene por qué parecer auténtica. ¿Qué solución encontró Ángela? Pedir más dinero prestado… en otras apps similares… Teomlacash, Mónedas Felices, Smart Tabo y AMPLECASH…“Pedía pero como me cobraban mucho, pedía a otra para completar lo de una y así se me fue haciendo. Y ya cuando no pude, pues yo les pedía que me dieran oportunidad para juntar dinero, pero me hablaban que tenía que pagar, que tenía 20 minutos, que no me podían dar más, que si no me importaba mi vida”, relató. Hasta que denunció y pidió ayuda. Sólo el año pasado, la Condusef deshabilitó 600 aplicaciones fraudulentas que utilizaban este modus operandi. El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX elaboró una lista de 718 aplicaciones y páginas web que usan este método de extorsión (la comparto en mi Twitter @jnlomeli). El aumento de los casos es exponencial. Se dirigen sobre todo a un estrato socioeconómico bajo con préstamos de 500 pesos a 20 mil. Platiqué con Salvador Guerrero, presidente del Consejo. En su campaña contra esta forma de extorsión bautizaron el fenómeno como los “montadeudas”. En Jalisco registran 357 reportes de junio de 2021 a la fecha. Son llamadas directas de la víctima al teléfono 55 55 33 55 33 del Consejo para pedir ayuda. El 60%, me comenta Salvador, son mujeres. Lo primero que les piden es descargar la app No más extorsiones-No más XT que bloquea cientos de teléfonos desde los cuales llaman los delincuentes a sus víctimas. Luego las guían para denunciar y les dan contención psicológica (algunas llaman casi en estado catatónico por la angustia). Como parte de sus investigaciones, me cuenta Salvador, tienen indicios de que los fondos que los delincuentes entregan a sus víctimas son de procedencia ilícita, pues el dinero proviene muchas veces de Shanghai, Bogotá o cualquier lugar del mundo. “Es dinero que viene de todos lados y que están tratando de colocar o lavar para que entre en distintos mercados como el de préstamos fáciles”. La lección es clara: “No existe el dinero gratis ni barato”, remata -y aquí habría que aplicar esta máxima para los créditos de nómina de la banca formal, los agiotistas, las tiendas departamentales y cualquiera que busca aprovecharse del estrés financiero de las personas como los “montadeudas”-.jonathan.lomelí@informador.com.mx