Un compañero de la natación me preguntó ayer si era cierto que pondrían a una mujer en lugar de Pablo Lemus para competir por la gubernatura. Le respondí que no. Las reglas de paridad para postular a mujeres en cinco de nueve gubernaturas, le expliqué, complicaron a Morena pero no a Movimiento Ciudadano. Esto porque los guindas tienen más hombres competitivos en las nueve Entidades en disputa y los naranjas sólo tienen posibilidades de ganar en Jalisco.No indagué más en la inquietud de mi vecino, pero más tarde relacioné su pregunta con una noticia falsa que circuló ayer en WhatsApp. Se trató de una captura de pantalla con una nota apócrifa atribuida a EL INFORMADOR. Ésta afirmaba que el INE había ordenado a MC postular a una mujer para la gubernatura.En español tenemos una bella palabra poco usada: bulo. La RAE la define como: Noticia falsa propalada con algún fin. El Instituto Cervantes de España explica que probablemente deriva de bul, una palabra de origen gitano que significa “porquería”. Tiene otros equivalentes igual de sabrosos: patraña, infundio, paparrucha, camelo, trola, embeleco, filfa…El Internet cada día está más lleno de todo eso. La tragedia que vive Acapulco ha dado ejemplos escalofriantes. El más sonado, el audio falso de un tal Omar Flores Juárez, “inquilino del 401”, quien narraba cómo soldados y elementos de la Guardia Nacional lo habían asaltado en medio de la tragedia cuando iba a buscar víveres. Todo era una elaborado montaje que reprodujeron medios y periodistas.Esta semana Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, desmintió un audio atribuido a él y producido con inteligencia artificial en donde expresaba su apoyo a Clara Brugada como candidata.Ese es otro nivel. Se trata de bulos producidos con inteligencia artificial conocidos como “deepfake” (noticia ultra falsa). El uso de la tecnología convierte a estos embustes en piezas de arte difíciles de detectar y desmontar. Pueden ser audios, videos o imágenes.Ayer comenzó oficialmente el proceso electoral de 2023-2024. Les adelanto que seremos testigos de una guerra de desinformación sin precedentes.Estas “deepfake” han probado su éxito en sociedades polarizadas como la nuestra. Sirven para la propaganda y el golpeteo político. Sobre todo porque refuerzan nuestras creencias. El enunciado que da título a este texto explica muy bien la confusión que despiertan. No crees que sea verdad, pero dudas que sea mentira. Y eso basta para que logren su cometido.jonathan.lomeli@informador.com.mx