La ley los prohíbe, la realidad los impone y los municipios ya hasta los “regulan”. Resulta que la dirección de Padrón y Licencias del ayuntamiento de Encarnación de Díaz expide “permisos” para la operación de mototaxis a pesar de que son un modelo de transporte irregular que no se encuentra normado ni contemplado en la Ley de Movilidad de Jalisco.La sobresaliente imaginación del funcionario municipal de La Chona lo llevó a resolver estas “anuencias” con permisos cuatrimestrales “por uso de piso en la vía pública”, es decir, como si los mototaxis fueran una especie de “local comercial” en movimiento y no un servicio de transporte público irregular. Este permiso tiene un costo de 900 pesos.Según el último censo, en el Estado circulan más de 2 mil 500 mototaxis, la mayoría en el Área Metropolitana de Guadalajara, sobre todo en Tlajomulco. Pero seguramente son muchísimos más.Por eso la reciente discusión y propuesta del gobernador para regular este servicio llega más como una imposición de la realidad para resolver un problema que como una política de movilidad sustentable.Ocurre también en medio de la discusión de una gran reforma estatal a partir de la nueva Ley de Movilidad y Seguridad Vial que aprobó la Cámara de Diputados. Esta ley impulsa formas de transporte más sustentables y sobre todo seguras, justo lo contrario de lo que representan los mototaxis. Históricamente, el rechazo a este tipo de transporte obedece a los riesgos inherentes a su diseño y su peso ligero, que los hace más proclives a volcarse y más inseguros.La propuesta del gobernador consiste en permitir los mototaxis sólo para el traslado al interior de fraccionamientos, sin acceso a vías principales. Suena sencillo, ¿pero qué pasará con los miles de mototaxis dedicados a la entrega de mercancías y que fungen como “rutas alimentadoras” en zonas sin conectividad? ¿Qué ocurrirá con los cientos de mototaxis que operan en ciudades medias y pueblos del Estado? Hay familias enteras que dependen de este negocio que tampoco está exento de mafias. Finalmente, ¿garantizarán otras formas de movilidad a todos los usuarios de este medio?Precisamente las cuencas de servicio por medio de camionetas tipo Van, otro pendiente desde la administración anterior, no se han implementado porque el tamaño del negocio y su relevancia como fuente de empleo y alternativa de movilidad convierten cualquier determinación de desaparecerlos en un potencial conflicto social. Esto quedó demostrado con la manifestación masiva de mototaxistas que hace días cerraron Avenida López Mateos.Ciudad de contrastes. Por un lado, impulsamos grandes proyectos de movilidad de primer mundo (la Línea 3 y 4 del Tren Ligero, el Peribús, el Busbici), pero por otro lado lidiamos con grandes regiones sin acceso a una movilidad eficiente, vacíos legales y la arbitrariedad ante la ausencia del gobierno estatal.Lo que comenzó en 2010 en Tlajomulco con la expedición de 250 licencias de operación para mototaxis por parte de Diego Monraz, entonces secretario de Vialidad y Transporte, seguramente terminará con la rendición ante el fenómeno con la expedición de licencias expedidas por el mismo funcionario, pero ahora como secretario de Transporte.Hacerlo bien esta vez implica, sobre todo, quitarse la idea de que se trata de un asunto sencillo y de que se resuelve sólo con cambiar algunos artículos de la ley.
