No han sido una, ni dos. En las últimas semanas, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, intentó llevar serenata al alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, para convencerlo de que le dé el sí en cuatro ocasiones.De acuerdo con las mediciones más recientes, la marca de Morena es muy bien aceptada en Jalisco; incluso más que la de Movimiento Ciudadano. Pero la de Pablo Lemus como rival en las filas del partido naranja sí les significa un problema a los guindas. Y el partido del Presidente López Obrador quiere el pastel completo.Por eso, los políticos de mayor nivel en Morena ya le echaron el ojo a Lemus para que sea su candidato por la gubernatura en 2024.Porque además de Mario Delgado, los llamados “aspirantes a coordinadores de la defensa de la Cuarta Transformación” (lo que eso signifique), Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, han coqueteado con invitaciones a comer dirigidas al alcalde tapatío.Estos hechos demuestran que ya quedó atrás el interés de jugar a perder con perfiles como José María “Chema” Martínez, cuyo carisma es casi tan grande como el de un tejuino sin sal ni limón, o el eterno y multimillonario suspirante del bigote profuso, Carlos Lomelí.Sí o sí, Morena quiere pintar de guinda a Jalisco y su mejor opción para lograrlo es un chaparrito que usa tenis extravagantes y se viste apretadito.Los que le saben a esto me cuentan que Lemus se ha resistido al coqueteo. No accederá después del apoyo irrestricto que le ha mostrado el dirigente nacional naranja, Dante Delgado.Porque todos en ese círculo íntimo de políticos saben perfectamente que el candidato del gobernador Enrique Alfaro se llama Clemente Castañeda... pero con todo y su amplia experiencia en la política nacional, y de tener como súper asesores a comunicadores de renombre, la verdad es que acá en Jalisco las cifras no le pintan bien al senador.Y, con todo y el orgullo de lo que fue el fenómeno Alfaro allá por 2012 y 2015, el líder de MC en Jalisco prefiere que su marca continúe, aunque no sea uno de sus incondicionales quien la mantenga, a perder la Entidad a manos de Morena.La confianza en las huestes naranjas era muy alta. “Con cualquier candidato ganamos”, decían sin soltura. Pero las encuestas, propias y extrañas, les han demostrado que no será así.En sus propias mediciones, los candidatos preferidos de MC para la gente son, en ese orden, Pablo Lemus, Salvador Zamora, Verónica Delgadillo, Clemente Castañeda y Alberto Esquer.Por supuesto que eso ha generado molestia. El golpe de realidad ha hecho que la estrategia de posicionamiento de marca para Clemente Castañeda simplemente se cayera. Ya son tres semanas en las que el senador dejó de acudir a eventos públicos. Está desmoronado.Sin embargo, esto no hará que los suspirantes que alzaron la mano desistan. Si eso hicieran, eliminarían cualquier margen para negociar posiciones en alcaldías o diputaciones.Por eso es que el ex alcalde tapatío (y potencial sucesor de Alfaro), Ismael del Toro, regresó a la escena pública. Él será quien ayude a mantener la conducción política en el proceso interno de selección. Tal y como lo hizo cuando era diputado, la tarea del “Pope” será calmar los ánimos para que ninguno de los suspirantes suba el tono.Parece que Enrique Alfaro ya se convenció de que le será imposible tomar decisiones con base en compadrazgos; deberá hacerlo con números. Y estos le dicen que no es su incondicional quien lleva la ventaja. Adiós a ese sueño utópico del Maximato, porque a fin de que Morena no se coma la naranja en Jalisco, hay que aguantar. ¿El pacto de impunidad bien vale la pena?La marca de Morena es alta, pero su estructura en Jalisco no logra ponerse en orden. Por eso, el partido de López Obrador busca un candidato redituable en Jalisco... y se llama Pablo Lemus.