Miércoles, 27 de Noviembre 2024

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Mil y mil preguntas

Por: María Belén Sánchez

Mil y mil preguntas

Mil y mil preguntas

Desde hace muchos días un enjambre de preguntas insisten en zumbar a todas horas por mi cerebro.

Que nuestro mundo anda mal, es un hecho, que nuestra Patria está en un atolladero, nadie lo duda, que cada uno de nosotros vamos como quien camina a tientas y no encontramos una puerta de salida o una pista de solución, es una verdad incuestionable.

Que las lecciones que podíamos haber aprendido de esta pandemia nos han servido de muy poco o nada, es otra realidad.

Y yo sigo preguntando, y preguntándome... pero no encuentro palabras para dar explicaciones concisas, claras y convincentes ni siquiera a mí misma.

¿Cómo es posible que no veamos con claridad la verdadera dimensión de esta situación que nos envuelve y casi nos asfixia?

¿Por qué nos aferramos a seguir esquemas que en vez de ayudarnos a salir del bache, nos atrapan en esa ola de modas que envuelve a la mayor parte de la humanidad?

¿Por qué creemos ciegamente lo que nos dicen aquellos que tienen en sus manos el negocio y promueven el egoísmo?

¿Por qué permitimos que nos invadan con tecnologías y mensajes alienantes? ¿Es que a los mexicanos se nos ha agotado la inventiva?

Hubo un tiempo en que había programas infantiles educativos y llenos de contenido... ¿Por qué no se promueven para reforzar conocimientos escolares?

¿Por qué las carteleras teatrales son tan repetitivas desde hace más de medio siglo?

¿Por qué importamos películas y series que fomentan la violencia?

¿Por qué no se ofrecen premios a creadores de algo verdaderamente instructivo, valioso para promover valores?

Y dando vuelta a la página, ¿Quién ha dicho que sólo lo económico es progreso? ¿Es más fácil vender que producir?

Cierto que nos han hecho creer que todo es negocio, pero ¿Por qué dejamos que otros lo hagan?

¿Por qué les damos toda la posibilidad y ponemos en sus manos todos nuestros recursos para que se lleven las ganancias?

Ya después en el siglo XXII podremos ir a reclamar lo que ingenua o tontamente les dimos.

¿Por qué creemos que lo bueno es acumular? también hay que recordar lo que suele decirse en ambientes razonables:

“Llegamos a este mundo sin nada, pero queremos apoderarnos de todo, y al final nos iremos otra vez sin nada...”

Las tecnologías y las ideas que se promueven ¿van abriendo paso al progreso, a la elevación humana y a la cultura?

Mucha palabrería, sí, pero vuelvo a profetizar: a este paso la capacidad de leer se va perdiendo y llegaremos, en un futuro, a cubrir nuestro planeta de “analfabetas”.

Hay otros temas inquietantes, como la sobrepoblación, la contaminación y la carencia de alimentos y/o agua... rubros tan evidentes que si supiéramos leer los signos saltarían a la vista las formas simples y claras para solucionar todo esto.

Por otra parte, la superación humana ya nos fue explicada con ejemplos vivos un día de nuestra historia, pero han pasado más de 2000 años y el mensaje de Jesús sigue sin entenderse y sin dejar paso a esa elevación en la cual se invita a escalar niveles superiores para llegar a esa plenitud completa, donde el ser humano puede acercarse tanto a lo divino hasta asimilarse.

Por lo tanto, no soslayemos las preguntas que surgen en lo más íntimo del ser; más bien, busquemos el camino hacia las mejores y más sabias respuestas.

Para eso tenemos el Espíritu Santo en cada corazón.

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