Con el fondo musical de la emblemática canción tradicional de su país, “Alma Llanera”, que le acompañaba en el Comerica Park de Detroit en cada turno al bat en busca de conectar su hit número tres mil, el venezolano Miguel Cabrera, logró finalmente ese hito el pasado sábado 23 de abril, sumándose así al selecto grupo de 33 peloteros que han alcanzado esa hazaña en las Grandes Ligas, y dando motivos de alegría y orgullo como hermanos latinoamericanos que somos.“Quiero que se sepa de dónde vengo", habría sido el deseo de “Miggy” Cabrera, quien nació en Maracay, capital del estado de Aragua.Pero más allá de hablar de dónde viene, hay que establecer quién es este aragüeño que ha abatido infinidad de récords tanto en su país como en Major League Baseball, en donde juega su vigésima campaña tras debutar en 2003 con Marlins de Florida."‘Miggy’ es prueba viviente de que las leyendas existen", ha dicho de él AJ Hinch, su mánager en los Tigres de Detroit.Y es que, Cabrera, de 39 años, es el séptimo latinoamericano con tres mil hits tras Albert Pujols (3.308), Adrián Beltré (3.166), Alex Rodríguez (3.115), Rod Carew (3.053), Rafael Palmeiro (3.020) y Roberto Clemente (3.000), y el trigésimo tercer pelotero con la cifra. Ha cumplido la promesa que hacía su precoz talento, con dos premios como Jugador Más Valioso, cuatro títulos de bateo y average de .310, 1.807 carreras impulsadas y 1.510 anotadas hasta el viernes.Su más grande conquista ha sido la Triple Corona que ganó en 2012, el mismo año en el que recibió el primero de sus dos MVP de la Liga Americana (2012 y 2013) y el premio al Jugador del Año en MLB.Además, Cabrera fue cuatro veces campeón bateador (en las temporadas 2011, 2012, 2013 y 2015), tiene siete Bates de Plata (2005, 2006, 2010, 2012, 2013, 2015 y 2016) y en dos ocasiones recibió, como ya se decía, el premio Hank Aaron (2012 y 2013).De indudable calidad como pelotero, “Miggy” es un crack, un jugador fuera de serie y candidato nato al Salón de la Fama, y mucho más allá de su nacionalidad y sin que sea mexicano, un personaje cuyo éxito nos debemos alegrar al constatarse existen peloteros verticales y humanos como Cabrera, con su trayectoria y logros, y estando aún en plenitud de su carrera, la cual seguramente podrá ampliar por al menos cuatro o cinco temporadas más en que tendrá oportunidad de seguir alcanzando e imponiendo récords, no solamente en hits sino en otros varios departamentos a la ofensiva, pues no hay que olvidar que también luce con el guante a la defensiva.Ahora bien, en cuanto a la polémica causada por Aarón Boone, mánager de Yankees de Nueva York, quien teniendo a Cabrera con dos mil 999 hits y estando parado en la caja de bateo con dos en base y la primera desocupada, decidió jugar con el librito y ordenar la base intencional para que un pítcher zurdo le tirara al siguiente bateador también zurdo, pues ahí quedará la duda si fue el ego lo que hizo que Boone y Yankees no quisieran ser los protagonistas en haber sido quienes propiciaran el hit tres mil de Cabrera.Los puristas dicen que el librito es el librito aunque no exista; consideran que el mánager jugó como debió ser para tratar de sacar la entrada sin daño, pero hay quienes aseguran que debió verse valiente, ético, y permitir que Cabrera bateara y dejar que su pítcher, en quien podía confiar, lo dominara, pero no fue así.El caso es que el anhelado hit tres mil llegó en el parque de Detroit frente a Rockies de Colorado, y ello permitió el gran festejo en casa para Cabrera, siendo de destacar el juego limpio y grandeza de los peloteros del equipo rival, que una vez conectado el hit, entregaron la pelota a su pítcher para que éste se la diera en su mano a Cabrera, junto con un sentido abrazo de reconocimiento, no importando haber sido quien le concedió el tiro para conectar el hit que le condujo a la gloria. Así es el beisbol, así debe ser y por ello es el rey de los deportes.bambinazos61@gmail.com@salvadorcosio1
