Hace tres días escuché al Dr. Fernando Sosa Pastrana, hablar con un litigante en la Suprema Corte sobre el origen de la palabra “crisis”. Aparte de la etimología de la palabra, me sorprendió la aplicación que le podemos dar hoy en día en el plano colectivo. Veamos.Como seres humanos, tendemos a relacionar las palabras con objetos y emociones de manera inmediata. Al momento de hacer esto, encasillamos conceptos y el significado que les atribuimos a las palabras parece ser inamovible. Normalmente, por ejemplo, asociamos la palabra “crisis” con una noción negativa. Nos aterra la idea de pensar que nos encontramos en una situación poco favorable e inevitable como país en términos económicos y políticos. Asimilamos los números rojos en materia de seguridad y la polarización social con una “crisis”, cuando en realidad estamos completamente equivocados por hacer esto.La palabra “crisis” viene del griego y en realidad significa “separación” y “discernimiento”. Lo podemos comprender no necesariamente como una situación negativa, sino como un cambio total o parcial de una situación específica. De la misma manera, se debe entender como un juicio formado sobre una cosa en particular tras haberla analizado de una manera cuidadosa. A su vez, la palabra griega “lysis” significa liberar y desligar.Una crisis ocurre en un principio, en el momento en el que la rutina deja de servir y se debe optar por un nuevo camino. Es inevitable que el día de hoy, la rutina de nuestro Gobierno federal no está sirviendo a todos los mexicanos de una manera adecuada. Es por lo mismo que debemos realizar un discernimiento sobre cuáles son los vicios de nuestro sistema para que, una vez identificados, podamos tomar un nuevo camino para abordarlos. Tomemos la citada palabra, “lysis” para poder liberarnos por completo de los defectos de corrupción y de un sistema poco eficiente.La política, como todo en la vida, es una constante pugna entre la estabilidad y la inestabilidad. La supervivencia parte del constante cambio y la adaptación del entorno a nuestras necesidades, en este caso, nuestras necesidades como ciudadanos en un país plagado de vicios. Debemos darnos cuenta que la palabra “crisis” no es en realidad negativa y que en lugar de perpetuidad representa cambio y esperanza. Una crisis es un momento de crecimiento, construcción y unión de fuerzas.México necesita un cambio y una liberación de sus defectos para así poder reconstruirse de una manera más fuerte y estable. Partiendo de las anteriores ideas, no estamos pasando por una crisis, deberíamos hacerlo. México necesita una crisis.