A fuerza de reconocer lo que se hizo más que evidente en la más reciente edición de la Serie del Caribe, donde se desarrolla el mejor béisbol profesional latinoamericano, hay que decir que México mostró su real nivel en cuanto a la calidad del juego de pelota que practica respecto al desempeño de los conjuntos que compiten en la zona. Su tercer lugar alcanzado en la competencia caribeña lo sitúa en su justa dimensión por debajo de potencias como son República Dominicana que merecidamente obtuvo el título al culminar invicto con 6 victorias y Puerto Rico que terminó segundo; y más en el estatus que mantienen representativos como Venezuela y Panamá a los que el equipo tricolor solo pudo vencer apretadamente.Hay que decir que no hubo sorpresas en la edición 63 que se desahogó exitosamente en el flamantemente remodelado estadio Teodoro Mariscal del Puerto de Mazatlán, casa de los Venados en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), donde estuvieron en competencia además de Los Tomateros de Culiacán con la representación de México, -en su calidad de campeones y reforzados con peloteros de Yaquis de Ciudad Obregón, Naranjeros de Hermosillo, Algodoneros de Guasave y Sultanes de Monterrey-, las selecciones de otros 5 países, con base en sus equipos campeones de cada una de sus ligas profesionales del béisbol invernal: República Dominicana (Águilas del Cibao), Venezuela (Caribes de Anzoátegui), Puerto Rico (Criollos de Caguas), Panamá (Federales de Chiriquí) y Colombia (Caimanes de Barranquilla).El poderoso conjunto dominicano resultó justo campeón tras un desempeño inmejorable en el certamen y dando cuenta de su similar de Puerto Rico en la final donde dejó una vez más de manifiesto que tiene bien ganado el reconocimiento como potencia mundial en el rey de los deportes.En algún momento se pensó que Mexico estando en calidad de local y con un conjunto motivado después de haberse coronado campeón un día antes del arranque de la justa caribeña podía haber sido considerado entre los equipos favoritos junto con Dominicana y Puerto Rico, pero aunque tuvo un buen arranque propinando una paliza al representativo colombiano por 10-2, perdió sus duelos frente al conjunto quisqueyano y luego ante los boricuas; luego entonces frente a Panamá logró imponer condiciones y tras vencer apretadamente a Venezuela obtuvo su boleto a la semifinal a donde llegó con una foja de tres victorias por dos derrotas pero fue eliminado por los puertorriqueños y culminó su participación en el tercer sitio de entre los seleccionados nacionales que disputaron el título.El conjunto mexicano acusó falta de bateo y en general mostró un limitado juego, teniendo como ya decía, su base en el equipo campeón Tomateros de Culiacán, al que no le alcanzó para seguir avanzando en este certamen, y hubo de conformarse con el tercer sitio de la tabla de posiciones, por encima de Panamá que fue campeón en la edición 61, y de Venezuela que presume una importante tradición siendo el Béisbol el deporte que más se practica en aquel país.En esta edición los países invitados fueron Colombia y Panamá, dado que ya hace algunos años no se ha convocado a Cuba y recientemente se incorporó a Colombia aunque en otras ocasiones se ha considerado a Nicaragua como convidado a esta fiesta caribeña del rey de los deportes.Habrá que resaltar que esta justa caribeña culminó con éxito y ya fue anunciada la próxima sede por parte de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC); haciendo oficial que corresponderá a República Dominicana albergar la edición 64 el próximo invierno de 2022.
