Tras 10 ediciones consecutivas en la Copa América, la Selección de México se ausentará de una competición que pasó de ser parámetro de las aspiraciones y progresos de nuestro balompié a una carga extra en el calendario, de ser un invitado incómodo a un invitado más, y de las celebraciones en el Ángel de la Independencia por el subcampeonato de 1993 al lamento por los siete goles de Chile en Santa Clara.Tras 77 años de jugar sólo con países sudamericanos, la Copa América decidió ampliar su número de participantes e invitó a México y Estados Unidos a jugar la edición de 1993 en Ecuador. Sin embargo, la Selección mexicana estuvo a punto de no participar debido a una huelga de jugadores donde exigían, entre otras cosas, la extinción del Draft y la libertad de contratarse con quien sea (¿les suenan estas reivindicaciones actualmente?). Pero la lucha fue rota por tres jugadores “esquiroles” (Carlos Hermosillo, Roberto Ruiz Esparza y José Manuel de la Torre), y finalmente, México viajó a Ecuador sin el cumplimiento de sus exigencias.Para muchos aficionados, aquella Selección dirigida por Miguel Mejía Barón fue la mejor de la historia del futbol mexicano. Nadie esperaba que el Tri avanzara hasta la Final, pero pese a una dubitativa Fase de Grupos donde pasaron como mejor tercer lugar, sus brillantes eliminaciones a Perú y Ecuador llevaron a México a jugarse la Copa América contra Argentina. Dos anotaciones de Gabriel Batistuta impidieron a nuestro país ganarla.De 1993 a 2007, México acumuló dos Finales y tres terceros lugares, y nunca quedó eliminado en la Fase de Grupos. Convocando a los mejores jugadores mexicanos del momento, el Tri fue capaz de ganarle a las dos potencias sudamericanas; a Brasil (1-0 en 2001, con gol de Jared Borgetti) y Argentina (1-0 en 2004, con anotación de tiro libre de Ramón Morales). Además, Selecciones como Uruguay y Chile no fueron capaces de vencer a México en sus enfrentamientos directos.Aún con algunos inconvenientes y malos ratos, como el doping positivo de Raúl Rodrigo Lara y Paulo César “Tilón” Chávez en la Copa América de Paraguay 1999, o la eliminación en Cuartos de Final por Estados Unidos en penales en Uruguay 1995, el torneo significó una vitrina para proyectar jugadores a un nivel más competitivo. Por ejemplo, los seis goles de Luis Hernández en Bolivia 1997 fueron claves para que el “Matador” jugara en Boca Juniors y fuera titular en el Mundial del año siguiente. Y los visores del AS Mónaco se percataron del talento de un central michoacano del Atlas, Rafael Márquez, tras verlo en un partido de Copa América contra Chile en 1999.Sin embargo, México no dejaba de ser un invitado en una competición de otra Confederación futbolística (Conmebol), y así se lo recordó la Concacaf. Con el propósito de dar fuerza a la Copa Oro, se decidieron enviar cuadros alternativos a las ediciones de 2011 y 2015, significando un descenso en los resultados del Tri en la Copa América.En Argentina 2011, la Sub-22 enviada para cumplir el compromiso no sólo perdió sus tres juegos de la Fase de Grupos, sino que protagonizaron en días previos un escándalo que involucró robos y contratación de prostitutas en un hotel de Ecuador, donde México se preparaba para disputar la competición. Eso derivó en la expulsión de ocho jugadores de ese equipo. Cuatro años después, una parchada Selección dirigida por Miguel Herrera quedó fuera de Chile 2015 tras empatar dos veces y perder contra Ecuador.Para celebrar los 100 años de existencia de la Copa América, Conmebol y Concacaf organizaron una edición especial en Estados Unidos en 2016, lo que significaba que México podría convocar a sus mejores jugadores nuevamente para este torneo. Sin embargo, el 7-0 de Chile en Santa Clara no sólo dictaminó una de las peores derrotas en la historia del balompié nacional, sino una prueba fehaciente del descenso de nivel futbolístico mexicano en la Copa América.El actual técnico del Tri, Gerardo Martino, declaró que si por él fuera, preferiría jugar la Copa América a la Copa Oro. Coincido con esta preferencia y me gustaría que la Selección regresara a este torneo, pero para México seguirá siendo más rentable jugar en la Concacaf que arriesgarse y adherirse a la Conmebol para clasificarse al Mundial con los equipos sudamericanos.