Oiga, la economía mexicana va mucho mejor de lo que esperábamos este año. La mayoría de los que nos dedicamos a seguirle la pista a la economía, creíamos que con una baja en la actividad económica en los Estados Unidos por el aumento en las tasas de interés, provocaría que la economía en México fuera mucho más baja.Y resulta que no. Que siempre la recesión que todos anticipaban en los Estados Unidos no ha ocurrido y que el ritmo de las ventas mexicanas al exterior tampoco ha bajado como se preveía. En consecuencia, a la economía mexicana le ha ido mucho mejor de lo que todos pensábamos.Eso es tener suerte.Imagine que al inicio del año, la mayoría calculaba que México crecería en 2023 un 1 por ciento. Ahora resulta que porque no hubo recesión en los Estados Unidos, el crecimiento en México estará incluso arriba del 3 por ciento. Número que había propuesto la Secretaría de Hacienda y que francamente nadie se tomaba en serio. Hasta ahora.No hay duda, un presidente y su gobierno no solo necesita un buen plan económico, sino que también ayuda mucho contar con suerte. Un buen ambiente internacional que coloque al país en una oportunidad importante que mueva la economía.Esa oportunidad ha resultado ser el famoso Nearshoring que usted habrá escuchado en los medios. Es el proceso en el que se espera que grandes inversiones dejen de estar invertidas en China y busquen colocarse en sitios más cercanos a su principal mercado de consumo. Dejar la lejana y poco confiable China, para establecerse en el cercano y amigable México, por ejemplo.Esa tendencia, ha colocado a nuestro país en una condición envidiable. Ya que por geografía y por tratados comerciales, no pareciera que existe otro lugar en el contienen americano que pudiera competir con México.¡Qué suerte!Por eso el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) espera que casi la mitad de todas las inversiones que provocará el Nearshoring para América Latina, lleguen a México.Vaya oportunidad que le llega como regalo al gobierno del presidente López Obrador. Mientras muchos esperábamos que México viviera los problemas de una menor economía por las altas tasas de interés, sumado a la debilidad de los dineros del gobierno con un año electoral encima; resulta que la economía cerrará el sexenio de AMLO mucho mejor de lo esperado.No será suficiente para sacarlo del sótano del desempeño de los sexenios desde el año 2000, pero sí para darle un mejor cierre del que tendría por méritos propios.Es decir, el sexenio de AMLO cerraría como el que tendría el desempeño más bajo desde los sexenios de Fox, Calderón o Peña Nieto. Pero con un cierre que le permita no enfrentar ajustes económicos fuertes que las personas puedan atribuírselos como “su culpa”.Aunque quien sabe, recuerde que la crisis de 1995 estalló a finales de diciembre del 1994, cuando ya era presidente Ernesto Zedillo, pero todo mundo terminó asociando como responsable de la crisis al presidente Salinas.