Es muy obvio que la posición asumida por México durante la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se llevó a cabo la semana pasada en nuestro país, no cayó nada bien en los círculos de Washington. Aunque hasta el momento no hay una reacción oficial por parte de la Casa Blanca, sí hubo quien en el Capitolio ya frunció el ceño y provocó que pusiera más atención a lo que sucede en México. Primero, en el preámbulo de la reunión, la insistencia de sustituir a la Organización de Estados Americanos -que está bajo la batuta de Estados Unidos- y conformar un organismo con países integrantes del río Bravo hacia el sur con miembros no “lacayos”, como dijo López Obrador. Después las atenciones, privilegios y participación del presidente cubano en nuestros festejos de independencia. Y finalmente, a pesar de la supuesta no intervención en asuntos ajenos de nuestro país, la posición de abogar por la terminación del llamado embargo que tiene Cuba por parte de Estados Unidos.Sin embargo, lo que se pensó sería solo una exposición en un foro latinoamericano, no quedó hasta ahí.Ayer el presidente López Obrador, desde su balcón mañanero volvió al tema. Reiteró estar a favor de levantar el bloqueo a Cuba y fue directo al decir que debe de terminar la política de dominación de Estados Unidos sobre América Latina, además de garantizarse la autodeterminación de los pueblos.López Obrador declaró una guerra más abierta en contra de Washington. Dijo que no se puede seguir sosteniendo que América sea para los americanos, que no nada más sea para Estados Unidos, sino América para los americanos y que hay que terminar con la dominación de dos siglos.López Obrador descartó que la invitación que se hizo al presidente cubano Díaz-Canel a los festejos de Independencia y la defensa que se ha asumido a favor de Cuba por el embargo pueda dañar la relación con Estados Unidos.El presidente tiene la razón, no hay que estar subyugados a intenciones imperialistas y sometidos a caprichos de posiciones políticas con intenciones dominantes. Es un razonamiento muy válido. Sin embargo, las acciones ejecutadas, los mensajes emitidos y las intenciones obvias, no generan un ambiente conciliador con el vecino.La Casa Blanca está en medio de otras emergencias políticas que no le permiten ver fuera del torbellino interno, donde los temas de las consecuencias de la salida de Afganistán y la masiva invasión de migrantes -entre otras cosas- los tienen muy ocupados y no tienen tiempo de atender los ‘mensajes subliminales’ de México, que seguramente serán respondidos en su oportunidad.Lo preocupante de todo esto, es que habiendo otras prioridades, tantos problemas por resolver en nuestro país, distraer la atención en atender asuntos por intereses ajenos extra fronteras y tener un enfrentamiento directo en contra del vecino, nuestro principal socio comercial y de donde proviene nuestro principal ingreso de sustento, como son las remesas, es un riesgo peligroso e innecesario. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net