Existe una propaganda ideológica, dedicada a desunir y a confrontar, en vez de fomentar la solidaridad. La vieja astucia política, de buscar desalentar las concentraciones grupales y diseminarlas, de tal manera de que no puedan sublevarse ni poseer la fuerza de enemistarse con los que poseen el poder, ha sido practicada, muy eficazmente, por muchos reyes, gobernantes y caciques. Se trata de romper a la posible oposición, dividiendo a todos los contrincantes que piensan de distinta forma, en un problema o solución dictaminada por el grupo en el poder.Divide et Imperia o divide et vince, atribuidas a Julio Cesar y después a Napoleón, pretende establecer una estrategia social que involucre la confrontación y la pluralidad, tratando de obtener una mayor diversidad de puntos de vista, de tal manera que proliferen la discusión y la polémica entre los divergentes y así no se unan en contra de las decisiones que interesan a los que sustentan el poder. Al fragmentar a la oposición, desde el poder mismo, se puede lograr una cierta sumisión a los intereses de los allegados y aliados, para así mantener la fuerza frente a una oposición débil y sin acuerdos sólidos.Hoy vemos, con qué facilidad se ha creado una propaganda determinante en contra de Rusia y a favor de Ucrania, y en menos de dos semanas, la opinión pública está dividida pero sobre todo encolerizada con Putin.Algo muy similar ha sucedido en México con los pro o los anti AMLO, como también lo acabamos de vivir con los pro o antivacunas. La psicología de las discusiones y polémicas dualista, ayudan mucho a medir el grado de influencia social que se puede alcanzar vía los medios. A probar estrategias de propaganda y de manipulación mental de las personas.De aquí la importancia de buscar la unidad y no la división. De fortalecer el acuerdo y no la confrontación. De trabajar todos por un objetivo y de luchar por una misma causa.La lección es muy importante, hagamos más caso a los que buscan unir y mantener el valor de la comunidad, y tratemos de no hacerle caso a los que gustan dividir y confrontar con ventajosas y estériles fragmentaciones. El pueblo unido, jamás será vencido, gritaban los manifestantes del 68.