Causó polémica mi columna de ayer “Máynez, Máynez, Máynez Presidente”. Su premisa central, la apuesta naranja por el voto joven que habita las plataformas digitales, tuvo una crítica recurrente: los jóvenes son los que menos votan. ¿Es cierto? En la elección presidencial de 2018 votó apenas el 63% de los ciudadanos. Sin embargo, sufragaron sólo el 56% de jóvenes menores de 40 años (centennials y millennials). Esto se tradujo en 24.4 millones de votos (43% del total de los sufragios emitidos).En cambio los grupos etáreos arriba de 40 años alcanzaron rangos de participación más altos. Por ejemplo, votaron el 70% de electores de 60 a 74 años. Significa que con mayor participación este sector arriba de 40 años representó el 57% de la votación restante en 2018. Votan menos los jóvenes, pero de ninguna manera su participación es despreciable o tiene bajo impacto en una elección. Su potencial y atractivo consiste en que no están estancados en la polarización política en donde sólo hay dos bandos consumados. Ahora, qué es más probable: ¿incentivar la participación de los jóvenes o mover el voto duro del PRIAN y Morena?Veo en esta contienda un símil con la elección de 2012 en Jalisco cuando Enrique Alfaro remontó, contra todo pronóstico, del tercero al segundo lugar y quedó a pocos puntos del priista Aristóteles Sandoval. En aquella elección la comunicación política del emecista se basó en la disrupción provocada por las redes sociales, sobre todo Facebook. También jugó a favor de Alfaro el voto “antipan”, pero en su contra que los votantes concedieron una última oportunidad al PRI. Parece que cada movimiento político utiliza una red social. El Presidente se convirtió en el primer youtuber de la nación. Desde allí confronta al poder mediático. Su red de youtubers son antenas replicadoras de su mañanera a través de la cual disputa el relato nacional. En esta elección presidencial tenemos condiciones similares. Existe un fuerte sentimiento “antiprian” que Morena capitaliza como una segunda ola de rechazo (Morena existe gracias al prianismo). Por otra parte, se consolida una nueva plataforma digital como TikTok que sirve para sembrar un relato al margen de una opción política polarizante fuera de la cual están los jóvenes y los que buscan una alternativa además de sólo votar “antialgo”. Con otras variables, pero la elección de Nuevo León en 2021 sigue la misma premisa cuando Samuel García rebasó a Clara Luz de Morena tras un escándalo. Aquí el factor Mariana Rodríguez e Instagram jugaron un papel clave. Vienen los días más importantes para acentuar tendencias en una elección. ¿Le alcanzará a Máynez para disputarle el segundo lugar a Xóchitl? ¿Se imaginan el escándalo? ¿Y la reconfiguración del mapa político para 2030? Está abierto el debate.
