En San Mateo del Mar, Oaxaca, ocurrió, en la noche del domingo y madrugada del lunes pasados, una masacre que por sus dimensiones trágicamente se engarza con otros asesinatos masivos como los de Aguas Blancas, Guerrero (junio de 1995), Acteal, Chiapas (diciembre de 1997), El Charco, Guerrero (julio de 1998). Esa noche-madrugada 15 personas (dos mujeres y 13 hombres) fueron asesinadas y sus cuerpos fueron lapidados, macheteados y en algunos casos, incendiados. San Mateo del Mar, junto a los pueblos de San Francisco del Mar y San Dionisio del Mar, forman parte de las comunidades del pueblo Ikoots (o huave) que habitan ancestralmente una franja de costa en el Istmo de Tehuantepec. De lo ocurrido la noche del domingo 21 y madrugada del lunes 22 hay versiones encontradas. Cada una de éstas ofrecida por las partes de la comunidad que se encuentran en conflicto desde al menos tres años a partir de que las autoridades electorales de Oaxaca validaron las elecciones en 2017 y luego en 2019, calificadas como fraudulentas por la mayoría de la comunidad organizada en la Alcaldía Único Constitucional de San Mateo del Mar, impulsado y sostenido por la Unión de Agencias y Comunidades Indígenas Ikoots, formado por cinco de las ocho agencias municipales, tres comunidades y tres barrios del municipio.El presidente municipal reconocido por las autoridades electorales y por el gobierno estatal, que encabeza el priista Alejandro Murat, es Bernardino Ponce Hinojosa. Según el gobierno municipal que encabeza, la masacre ocurrió porque los integrantes de la Unión de Agencias y Comunidades Indígenas Ikoots no respetaron un filtro sanitario instalado en la colonia Reforma y sus opositores desataron la agresión en contra de sus seguidores.La versión de la Unión de Agencias y Comunidades Indígenas Ikoots es distinta. Sostienen que desde tres días antes habían convocado a una asamblea de los pueblos en la agencia de Huazantlán del Río y que el domingo, cerca de las dos de la tarde, apenas llegaron unas 200 personas en 20 camionetas a la colonia donde despacha el alcalde que no reconocen, fueron atacados con armas de fuego ocasionando seis heridos. Ante eso se replegaron a la cabecera municipal para atender a los heridos y pedir la intervención de la Policía del Estado y de la Guardia Nacional. Acompañados de estas fuerzas de seguridad regresaron a la colonia Reforma para llevar la asamblea de pueblos convocada pero fueron nuevamente atacados, produciendo los 15 fallecimientos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha comprobado la versión de los dos bandos que se disputan el presupuesto municipal, al igual que el gobierno del estado. Pero esto es falso. Como han denunciado las comunidades Ikoots organizadas, la Alcaldía Único Constitucional y en la asamblea de pueblos de cada barrio, lo que hay es un grupo político y el constructor Leoncio Arroyo Rodríguez que pretende controlar el gobierno municipal para beneficiarse con las obras públicas y megaproyectos como eólico y el Corredor Transístmico de Tehuantepec impulsado por el gobierno federal.Lo que hay, dice un investigador que conoce bien la historia y las luchas de los pueblos Ikoots, es una guerra contra la asamblea de pueblos. El doctor en Ciencias Antropológicas, Alejandro Castaneira Yee Ben, escribió el pasado domingo: “En San Mateo del Mar, a partir de 2012 se desató esta guerra contra la Asamblea; no se tratan, por lo tanto, estos últimos ataques, de episodios aislados, y la razón ha sido la autonomía del pueblo Ikoots, que, en asamblea en ese entonces, decidió en contra de la admisión del megaproyecto eólico de la empresa Preneal y posteriormente protagonizó, al lado de la Asamblea General de San Dionisio del Mar, y de la Asamblea de la Colonia Álvaro Obregón, la expulsión de Mareña Renovables, que pretendía instalar 104 aerogeneradores en la frágil ecológicamente y sagrada Barra Santa Teresa. Esta guerra tiene un origen y un objetivo. El pueblo con dignidad se resiste a la enajenación de su territorio ancestral. He ahí la razón por la que le hacen la guerra”, sostuvo el académico del CIESAS. La masacre de San Mateo del Mar, es uno de los primeros episodios de asesinatos masivos que ocurren en el actual gobierno federal de la Cuarta Transformación, en comunidades que se han distinguido por la defensa de su territorio, sus bienes comunes y su derecho a darse sus propias autoridades y formas de gobierno.