¿Cuánto costarán los días adicionales de vacaciones para los trabajadores? ¿Cuánto se incrementará la productividad, después de duplicar los días de vacaciones en México? Estas dos preguntas quedaron al margen del debate de los senadores que aprobaron los cambios a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo. Quizá les parecieron muy tecnócratas o de plano aguafiestas, muy sesgadas hacia lo empresarial. Muy probablemente no formarán parte de la discusión en la Cámara de Diputados, que discutirá y aprobará la reforma antes de que termine el año.No me malinterpreten: empiezo este artículo hablando de costos y beneficios porque me parece muy importante contar con esos números para tener una mejor perspectiva de lo que viene. Estoy totalmente de acuerdo con esta reforma que fue planteada en julio por la senadora Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano. México es uno de los países que tienen menos días de vacaciones en América Latina. Brasil, Panamá y Nicaragua otorgan a los trabajadores 30 días de asueto al terminar el primer año de trabajo. Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador ofrecen 16 días. En complemento a estos datos, hay que decir que México es el país de la OCDE que más horas trabaja por año. Aquí son dos mil 255 horas. Sólo como referente, en Alemania “apenas” trabajan mil 365 y en Estados Unidos el número de horas trabajadas en un año es de mil 767.La reforma es más profunda de lo que parece: necesita un cambio cultural de parte de los trabajadores y de quienes dirigen las empresas. Estamos hablando de 12 días de vacaciones que se deberán disfrutar en forma continua. Cada año se sumarán otros dos días hasta llegar a 20 al final del quinto año de trabajo. ¿Cómo le harán los trabajadores para ejercer ese derecho? En muchos casos, no se toman de manera consecutiva todos los días de vacaciones a los que se tienen derecho. Las razones son diversas: es la carga de trabajo que se acumula cada vez que una trabajadora se ausenta; la imposibilidad de descargar las tareas del ausente en otro compañero/a… el miedo a perder el empleo.¿Cómo le harán las empresas para funcionar con estas nuevas reglas? Los ajustes que hagan deberán hacerse muy rápido, porque los legisladores no compraron el argumento de las Cámaras para que los cambios fueran graduales. Más que quejarse o ver de qué manera se simula el cumplimiento, valdría la pena que los gestores de las empresas se enfoquen en lo positivo: más días de vacaciones por año podrá significar que los trabajadores estarán más motivados y más comprometidos con la empresa. Eso se traduce en mayor productividad y más capacidad para realizar tareas creativas.¿El aumento en la productividad compensará los incrementos en los costos? Seguramente, aunque hace falta calcular o medir ambas cosas. Adicionalmente, habrá que tomar medidas para garantizar que ese impulso a la productividad se convierta en una realidad, lo mismo que la motivación y el compromiso. Los costos se notarán desde el primer día y serán para todos. Los beneficios en la productividad quedarán para los que hagan bien el trabajo de gestión de recursos humanos.México tiene una de las tasas de crecimiento de la productividad más bajas de América Latina. Según el Banco Mundial, en las últimas tres décadas, el incremento de la productividad en México ha sido de 0.8% anual, inferior al 1.4% que se ha registrado en América Latina y bastante menor a los niveles de 3% que han logrado los Tigres de Asia. Aquí se trabajan 65% más horas por año que en Alemania, pero eso no significa gran cosa cuando hablamos de resultados. En materia de productividad, México está en el número 51 del mundo. Alemania es el quinto lugar. Más días de trabajo no nos hacen más productivos, sino todo lo contrario. Falla la concentración y disminuye la capacidad para producir nuevas ideas o soluciones. Se incrementan los errores y el desperdicio de insumos. ¿Será el aumento en los días de las vacaciones el ingrediente secreto que le falta a nuestra receta para mejorar nuestros resultados en productividad?lmgonzalez@eleconomista.com.mx