A varios políticos, como dice la canción, les amanece el día “con el santo de espaldas”. Y eso le pasa a Carlos Lomelí, el regidor de Morena en Guadalajara. Lleva días buscándole pleito al alcalde Pablo Lemus, pero el conflicto lo tiene en casa.El doctor tiene más rivales que amigos en su partido, porque el fin de semana estuvo en Guadalajara una de las aliadas más cercanas del Presidente López Obrador, Dolores Padierna. El asunto de la reunión con la esposa de René Bejarano se hizo en grande: fotos, conferencia y toda la cosa, pero no invitaron a Lomelí. Y eso que hasta Favio Castellanos, el dirigente del partido en Jalisco, estuvo en el lugar para tomarse la foto.Para meterle más división al tema, ayer el regidor de Zapopan, Alberto Uribe, confirmó que se reunió con Pablo Lemus para hablar de temas de “internacionalización de Guadalajara”, pero también detonó polémica en Morena.Mientras Lomelí está agarrado de las greñas con el alcalde tapatío, Uribe amplía sus relaciones y contesta que puede reunirse con cualquier actor político, hasta con el gobernador de Jalisco, pero esa historia suena imposible por motivos ya conocidos.Añade que no debe pedirle permiso a Lomelí porque no es su jefe. Inicia el año y los morenistas en Jalisco están más desunidos que nunca.* * *De por sí, los diputados no son lo que se dice “un ángel de la devoción” de la gente y tienen muy ganada la mala reputación. Pero los hay que, además, se buscan la malquerencia. Esto se dice de la diputada emecista Claudia Salas, que anhela la exclusividad y no le gusta el murmullo de la gente en el Congreso.Desde que se tiene memoria, afuera de la oficina que le asignaron se acercan trabajadores y visitantes a platicar, pero a la diputada le pareció que hacían mucho ruido y ordenó que pusieran macetones para que nadie se pudiera sentar ni quedarse.Las únicas pláticas que le interesan son las que llegan desde Palacio de Gobierno.* * *El Instituto de Pensiones responde que no abusa de las tasas de interés que cobra a los afiliados cuando piden un crédito para vivienda o vehículo.Primero, presume que se aumentaron los montos a favor de los trabajadores del Estado. Para comprar un auto, por ejemplo, las tasas de interés se ubican en 12.12% sobre saldos insolutos en un plazo de dos hasta cuatro años, pero no se solicita aval con un bien inmueble y la liquidación anticipada es únicamente a capital.Y para el préstamo hipotecario, el monto subió a más 1.6 millones, pero con una tasa fija del 11%. Entre los beneficios, indica que no hay pago de apertura de crédito, no se consulta el buró de crédito y hay abonos directos a capital.En otras palabras, facilitan los créditos y aumentan los montos, pero las tasas de interés están por encima de los bancos. Y el sindicato sigue mudo.
