Después de la primera reunión de diálogo celebrada en la Ciudad de México entre la oposición y los representantes del gobierno de Nicolas Maduro -hace exactamente tres semanas-, el presidente venezolano se mostró optimista y abierto a la posibilidad de “diálogo directo”, según dijo, con los Estados Unidos, lo que hizo alentar esperanzas de que mediante esa comunicación pudieran darse pasos firmes para terminar con el embargo comercial, bajo el condicionamiento de que en ese país sudamericano se abra a una vida pública más democrática y que regresen las jornadas electorales con todos los protagonistas políticos.En este mismo espacio el 19 de agosto titulamos esta colaboración como ‘Madura recapacita…’ y señalamos que ‘Maduro, sin quitarse su bandera ideológica, parece que ha comprendido que gobernar con imposiciones, no es la manera de lograr el exito politico ni el liderazgo social, por el contrario, es encaminarse a un colapso como el que vive Venezuela’.Bueno, pues la poca esperanza de que se encontrara la fórmula para que paulatinamente Venezuela fuera reintegrada al concierto internacional mediante una mejor comunicación con quien lo embarga y permitiendo un juego político más abierto, el domingo pasado se vino por los suelos. Mientras en la capital mexicana los representantes del chavismo y de la oposición se reunían, ese mismo día, por segunda ocasión tratando de llegar a acuerdos en lo que parece un intento serio de lograr consenso para un plan de entendimiento y apertura, en Caracas Nicolas Maduro daba al traste con todo cuando se le preguntó si “con las negociaciones en México implicaría la impunidad para Guaidó”, el principal líder de la oposición y a quien muchos países lo reconocen como el presidente interino de Venezuela. Durante una entrevista transmitida el domingo, que fue conducida por el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, el presidente Maduro dijo que habrá “justicia severa” para Juan Guaidó, y agregó, “Sueño con el día en que Juan Guaidó pague. Habrá justicia, puede que tarde. Pero yo sueño con que haya justicia y que todos estos bandidos paguen con lo que le han hecho al pueblo venezolano”.Si en el sentimiento de muchos venezolanos -por supuesto de la oposición- el movimiento y la posición de Guaidó es legítima, para quienes son parte de la mesa de diálogo los comentarios de Maduro sobre Guaidó deben ser un ‘balde de agua fría’, porque tira por la borda los posibles acuerdos de las negociaciones y las intenciones, no de que se reconozca al presidente interino, pero sí de que sea verdadero el principio de un proceso que abra una ventana a una democracia que no existe en el país sudamericano. ¿Usted, qué opina?