Machetazo a caballo de espadas es una de las expresiones más sugerentes de nuestra lengua. El caballo de espadas es una carta del Tarot que representa la fuerza de la inteligencia. Su peor ridículo es, pues, caer a manos de un simple, un gentil armado de un machete. Es, en muchos sentidos, una metáfora de otra más conocida que es la de David y Goliat. El caballero de espadas es, al igual que Goliat, por definición poderoso y prepotente; el machete, como la honda, un arma menor, la versión más rudimentaria y pobre de la espada.El revés de la Corte a la reforma electoral que aprobó el Congreso de Jalisco es en más de un sentido un machetazo a caballo de espadas. La reforma, cuyo objetivo único era quitar tiempo de campañas a los partidos de oposición usando de manera por demás vulgar el argumento de la epidemia, no tenía más intención que la de sacar ventaja de una situación para favorecer al partido en el poder, Movimiento Ciudadano, y a su nuevo y servil aliado, el PAN.La reforma se aprobó al más puro estilo de la LXII legislatura: sin discutirse, sin argumentos, por la vía de la imposición y “el haiga sido como haiga sido”. Si hay que cerrar el Congreso para que no entre la oposición y no se escuchen las protestas, se hace (como fue el caso de la desaparición del Instituto de las Mujeres); si hay que hacerlo de madrugada y de espaldas a la sociedad, se hace (como sucedió con los nombramientos de los consejeros de la Judicatura); si hay que hacer una reforma electoral absurda y sin el consenso de la oposición porque eso conviene al partido en el poder, se hace.El argumento para reducir las campañas electorales fue la pandemia, pero nunca escuchamos a ningún médico, epidemiólogo o científico advertir sobre los riesgos de las campañas o prever que para abril de 2021 la epidemia por COVID-19 estaría en su peor fase, o cualquier otro argumento medianamente creíble. Fue, simple y llanamente, una maniobra para debilitar a la oposición tal como se intentó, fallidamente, con el dictamen que pretendía no otorgar el registro al partido Futuro.No funcionó; demasiado burda y mal argumentada. Pero el espíritu antidemocrático de la ley, que no era otra cosa que cerrar los caminos a la oposición -Morena y su rémoras, el PRI, y ahora también Hagamos y Futuro-, sigue ahí en el Congreso y el gobierno naranja y eso es lo que debe preocuparnos.Para bien de la sociedad y la democracia, cuando el caballero de la espada se quiere pasar de listo, cuando usa su investidura para aplastar al enemigo, siempre habrá un machete y un machetero dispuesto a dar la batalla. diego.petersen@informador.com.mx