De un momento a otro la temporada 2020 de la Gran Carpa podría ser cancelada. Ya habíamos advertido las complicaciones que habría de enfrentar la MLB al intentar desahogar esta temporada en el marco de la pandemia por COVID-19. A pesar del contexto adverso, los dueños de los equipos y el Sindicato de Peloteros alcanzaron un acuerdo y decidieron aventurarse a celebrar la campaña reducida a 60 cotejos. Lo que quizá no se esperaba era encontrar tantas dificultades para meter en cintura a los peloteros, con los que se ha tenido que batallar tanto fuera como dentro de los parques de juego para hacerlos cumplir con las medidas que enmarca el manual de protocolos que contiene los lineamientos de “la nueva normalidad”. Las señales de alarma en la Gran Carpa se encendieron el martes 28 de julio cuando se confirmó un brote de contagios en el campamento de los Marlines de Miami, que suman 18 peloteros contaminados y dos entrenadores, obligando a suspender los juegos en casa contra Orioles de Baltimore y Yankees de Nueva York.Una investigación interna de MLB encontró que algunos jugadores de los Marlines no siguieron los protocolos durante el viaje a Atlanta el fin de semana ante pasado. “Hubo jugadores en el bar del hotel, otros que salían de éste, etcétera. Mucha gente no está contenta con Miami”, dijo el reportero que dio a conocer la noticia.Esta situación habría despertado la furia del comisionado de Grandes Ligas, Robert Manfred, quien habría lanzado una advertencia en el sentido de ejercer la facultad que tiene para cancelar la temporada.De acuerdo con medios de comunicación, Manfred dijo el viernes al director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de MLB, Tony Clark, que si el deporte no maneja mejor el coronavirus, las pruebas positivas continúan, y si los jugadores siguen sin acatar estrictamente los protocolos de la Liga, se podría cerrar la temporada.La gota que podría derramar el vaso y hacer que Manfred desactive el botón de encendido de la campaña es la información que trascendió el lunes respecto al contagio de 13 personas entre jugadores y miembros del staff con los Cardenales de San Luis, luego de que algunos de ellos se empeñaron en ir a un casino.Está claro que muchos peloteros no están comprometidos con esta nueva normalidad; su inconsciencia para salir a bares y casinos sin importar las consecuencias, no sólo los ha puesto en peligro a ellos sino a los compañeros y personal de sus clubes, por lo que sin duda deberíamos esperar mano dura de los dueños de equipos para ejercer mayor control, imponiendo sanciones ejemplares.Esto que ocurre en el rey de los deportes de Estados Unidos contrasta con otras Ligas del mundo como las de Japón, Taiwán, y Corea, donde ya incluso se ha avanzado a jugar con público en las tribunas, y otros deportes del vecino país del Norte, donde las llamadas “burbujas (que limitan casi por completo el contacto con el exterior), han funcionado a la perfección en la MLS, NBA y NHL entre otras, donde han sido mínimos los contagios hasta ahora.Ahora bien, de forma oportuna se advirtió la fragilidad de protocolos y estrategias sanitarias, ya que no obstante se presumía rigurosidad, se ha visto que muchas de esas medidas resultan infructuosas, inútiles y/o laxas en el campo de juego.Es evidente que a los peloteros tan habituados al juego tradicional les está costando muchas dificultades ceñirse a las nuevas reglas que prohíben apretones de manos, palmadas y abrazos. Se olvidan de tomar las distancias con sus compañeros en el dugout -establecidas como seguras- y tampoco se cuidan los espacios que se deben respetar entre sí, además de que las mascarillas de catcher no protegen del contagio.En este contexto, habrá que ver cuánto tiempo más soporta el comisionado Manfred sin presionar el botón, y si es posible que en breve los peloteros se ciñan al manual de la nueva normalidad para evitar una cancelación definitiva en Gran Carpa que nadie desea.bambinazos61@gmail.com @salvadorcosio1