Ni Gerardo Octavio Solís se atrevió a tanto. Y eso que el ex fiscal de Jalisco reconoció públicamente que la Fiscalía del Estado estaba infiltrada por el crimen organizado y les dijo a los diputados que su dependencia había perdido credibilidad tras las detenciones irregulares que sus agentes cometieron en las protestas por la muerte de Giovanni López, en junio de 2020.Es más. Ni el mismísimo ex coordinador de Seguridad, Macedonio Tamez, lo hizo tan mal cuando declaró en una entrevista radiofónica que él era la víctima debido a los ataques que recibía al estar a cargo de una estrategia para retomar la paz en el Estado que, según la percepción de la gente, no ha dado frutos.Como si se tratara de una competencia por ver quién lo hace peor, el fiscal en turno, Joaquín Méndez, reveló lo que la dependencia a su cargo ha investigado en torno a la muerte de Luz Raquel Padilla. Y durante más de media hora se fue de boca, pues sugirió que las pesquisas apuntan a que ella había sido la responsable de su muerte.Sostuvo que horas antes de haber sido quemada, Luz Raquel compró alcohol y un encendedor. Ventiló los videos que la misma Fiscalía le filtró a una televisora local para destacar que ella había girado una cámara que estaba en los pasillos del edificio en donde vivía. Añadió que se le había visto quemar cosas desde la entrada a su hogar. Sugirió, sin atreverse a confirmar, que ella misma había escrito las amenazas que estaban pintadas en las paredes de las escaleras que dan a su casa.Así, sin pruebas periciales, sin análisis grafoscópicos, sin resultados de las pruebas de campo para saber qué o quién exactamente inició las llamas que hirieron de muerte a Luz Raquel.Joaquín Méndez salió a cámara con una pésima asesoría a dar a entender lo que no pudo confirmar. Esa rueda de prensa, que va a quedar enmarcada en la historia de pifias de la función pública en Jalisco, se realizó con la intención de que fueran los medios quienes difundieran la idea de que Luz Raquel fue la responsable de su muerte.Además, no se puede dejar de mencionar que lo hizo en una coyuntura delicada, pues días atrás el gobernador Enrique Alfaro había dicho que “ni todas las medidas que pueda disponer el Gobierno en cualquier nivel son suficientes cuando hay la determinación de cometer un acto tan atroz”. La Fiscalía, pues, trató de enmendar ese yerro.El fiscal del Estado insistió en que su interés no era revictimizar ni criminalizar a Luz Raquel, pero en las láminas y el discurso que le prepararon lo hizo como nadie que tuviera el mínimo de sentido común se habría atrevido. Sin pruebas contundentes, la criminalizó.Tan ocurrió así, que él mismo desinfló la noticia que quiso dar cuando un reportero le preguntó directamente si Luz Raquel se había “autoatacado”. Ahí reconoció que es el primer obligado en el Estado en investigar delitos, pero también en “no emitir comentarios adelantados ni sacar conjeturas ni conclusiones”.La Fiscalía que presume tener más de 100 videos en su poder apenas mostró dos sobre su pesquisa más avanzada, y en medio de la andanada de críticas que le han llovido por la torpeza de su discurso le queda mucho trabajo por delante, y no sólo en la técnica, sino en trabajar mucho el sentido común para entender que la labor de investigación y el respeto a los derechos humanos, y a la memoria de las víctimas, siempre deben ir de la mano.