Maura corrió al baño a vomitar del dolor por unas piedras en el riñón. Mientras, en el patio central del palacio municipal de Zapopan, su hijo Daniel, un joven de 26 años con parálisis cerebral, se quedó solo. Luz Raquel salió al rescate. Daniel se comunica con el movimiento de un párpado. Letra por letra forma palabras que traduce una aplicación. Luz Raquel estuvo al pendiente de él. Conversaron sobre un tatuaje que él quería ponerse, pero le daba miedo. Ella lo animó y le prometió acompañarlo a un estudio. Esto que relato ocurrió el viernes pasado, un día antes del feminicidio de Luz Raquel, luego de que sus agresores le prendieron fuego tras vaciarle dos galones de alcohol en el cuerpo. En sus redes, Daniel escribió: «Ella me cuidó éste viernes mientras mi mamá iba al baño a vomitar del dolor. El sábado, no hubo nadie para cuidarla a ella». Ese viernes, mamás cuidadoras del colectivo Familias y Retos Extraordinarios, y de la red de cuidadoras primarias Yo Cuido México, acudieron a la presentación del Sistema Integral de Cuidados de Zapopan. El grupo de activistas pugna por una ley para crear un sistema estatal de cuidados que ofrezca reconocimiento, capacitación y apoyo a mujeres en esta situación. A ese par de asociaciones pertenecía Luz Raquel desde hace cuatro años junto con otras 150 mamás en su misma situación en todo el Estado. La anécdota define su carácter: una mujer preocupada por los más vulnerables como Daniel. Como su hijo Bruno, autista. Luz Raquel luchó con pasión por dos causas: por su hijo y por el reconocimiento y apoyo para las cuidadoras primarias sin remuneración. El concepto parece difícil, pero es más cotidiano de lo que imaginamos, sólo que nadie lo ve. Cuando en la familia hay un adulto mayor o una persona con discapacidad, las mujeres generalmente asumen el rol de cuidadoras (aunque también puede haber hombres). Esta labor crea una desigualdad que se expresa de muchas formas: violencia, discriminación, desgaste físico y emocional. Cuidar a un hijo con una discapacidad es un brutal trabajo de amor 24/7. No olvidemos que esa condición y la defensa de su hijo autista la orilló a Luz Raquel a encarar a su presunto homicida. «Cuando tienes un hijo con discapacidad, a pocas cosas le tienes miedo, una de ellas es a que te pase algo, y tu hijo se quede sin alguien», me dijo Maura convaleciente desde el hospital. Luz Raquel era la mamá cuidadora de un pequeño con discapacidad. Y efectivamente, no le tuvo miedo al hombre que amenazó con quemarla viva, pero se cumplió su mayor temor. Las autoridades dicen que apoyarán a Bruno de por vida, que no le faltará nada. En efecto, ya nada puede faltarle porque le falta todo: su madre.
