Hubo, por fortuna, como en los dos que lo precedieron, más luces que sombras en el tercer concierto de la Primera Temporada 2022 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado.La respuesta del público fue aceptable nuevamente: tres cuartos de sala (unas 700 personas).En “Homenaje a Cervantes”, que abrió la velada, José Pablo Moncayo, según la notas del programa, en vez de recrear musicalmente pasajes picarescos de “El Quijote” o las Novelas Ejemplares, “optó por evocar sobriamente atmósferas caballerescas y galantes”. Las armonías y los temas de la partitura, inconfundiblemente mexicanos, para nada sugieren los ambientes españoles que sí consiguieron, en cambio, recrear en forma espléndida varios músicos extranjeros: Chabrier con su rapsodia “España”, Bizet con su ópera “Carmen” y Rimsky Rorsakov con su “Capricho Español”, por ejemplos.Ya se ha dicho que, con su Sinfonía No. 1, “Clásica” -la segunda obra en el programa-, Prokofiev demostró que muy bien hubiera podido ser músico... pero no quiso. La de José Luis Castillo Rodríguez -director artístico de la OFJ- fue una lectura pulcra, respetuosa del tempo y las dinámicas, cuidadosa del equilibrio entre secciones.La exposición del dulcísimo tema principal del segundo movimiento (Larghetto), a cargo de los violines, mereció calificación de sobresaliente. (De la obra, por cierto, quizá la versión de referencia por antonomasia, un verdadero agasajo auditivo y visual -accesible en YouTube, además-, sea la de la Filarmónica de Munich, dirigida por Sergiu Celibidache, en 1988... ¡en un ensayo!).El plato fuerte del programa fue la Sinfonía No. 5, D. 485, de Schubert. Sin las exigencias de la Cuarta (“Trágica”), Octava (“Inconclusa”) y Novena (“La Grande”), la quinta acusa claramente las influencias de Haydn y Mozart en el jovencísimo -tenía 19 años- Schubert.Calificada por los críticos como ligera e inmadura, la obra, sin embargo, es sumamente hermosa. A cambio de un tercer movimiento (Menuetto; allegro molto) equilibrado, en que sobresalió la participación de la flauta, la lectura flaqueó por excesos sonoros de los cornos -imputables, por lo demás, al director- en los movimientos primero (Allegro) y cuarto (Allegro vivace), y por dinámicas planas, demasiado uniformes, que impidieron, verbigracia, apreciar a plenitud las bellísimas transiciones de mezzo a forte del cuarto movimiento.El programa, como de costumbre, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en la misma sala.jagelias@gmail.com