Basta que sumes el miedo con la imaginación y el futuro; para que obtengas un delicioso platillo lleno de ansiedad. Y además de estar seguros de que uno mismo es el propio cocinero.Es increíble descubrir que nosotros mismos somos la causa de aquello que sufrimos; pero eso es una gran realidad que tenemos que aceptar. La ventaja que tiene reconocerlo, es que si nosotros lo fabricamos, también lo podemos deshacer, cuando nos lo propongamos.La fórmula funciona como una receta, si le quitas uno de los tres ingredientes, la ansiedad deja de hacer los estragos que nos provoca. Es decir quita el miedo, y deja sola a la imaginación y al futuro y se acaba la ansiedad. Lo mismo sucede con la imaginación, quítala y sólo quédate con el miedo y el futuro, y la mente ya no tiene que estar viviendo de fantasías. Por lo mismo, si le quitamos el futuro al miedo y a la imaginación, entonces ya nomás te quedas anclado en el presente y se desvanece la ansiedad.Así que no juntes las tres, porque estás creando una bomba de tiempo para tu mente y pronto te va a explotar en las manos en forma de ansiedad.Vivimos unos tiempos muy agitados, por esta negativa sensación, y los remedios actuales casi siempre son fármacos. Al menos hay que intentar estos recursos que nos regala la filosofía.Al menos intenta por practicar e ir eliminando uno de los tres elementos, el que se te facilite más. Finalmente se trata de que compruebes el poder que tienes de tu mismo ser el artífice de tus estados mentales y no víctima insalvable de ellos.Cuando descubres que tienes ese poder, de eliminar la ansiedad que tú mismo te provocas, has comenzado una nueva etapa de tu vida. Y sin ninguna pastilla.
