La ciudad requiere de múltiples factores para su sostenimiento, para asegurar a su población un desenvolvimiento satisfactorio y eficaz. Desde el sencillo hecho de mantener una banqueta barrida y en buen estado hasta el funcionamiento de las grandes redes de servicios e infraestructuras que hacen posible la vida cotidiana.Con una circunstancia tan grave e incierta como la presente pandemia todos esas operaciones se vuelven, naturalmente, más arduas y complicadas. Pero, contra ello, está la cuenta larga de la ciudad, que ha sabido hacerla durar de una generación a la otra a través de la historia. Existe una inercia, un aprendizaje imbuido en la marcha de la urbe que logra ir cumpliendo las etapas con razonable eficacia.Cuando el entramado de construcciones de toda suerte es sensato, las calles que les dan acceso y desahogo operan correctamente, los servicios municipales funcionan, es posible mantener una saludable vida urbana. Y el común denominador para estas operaciones es el convencimiento de cada habitante de que es indispensable poner su esfuerzo para que la ciudad salga adelante.Nunca como ahora es más importante el sentido cívico de cada individuo. La reacción frente a la amenaza es fortificar la ciudad, preocuparse de que su desarrollo vaya lo más ordenado posible. Hacer frente a desgastes y deterioros, organizarse para que todos los rumbos de la ciudad tengan el necesario bienestar.Ante las actuales presiones del sistema de transporte es necesario planificar cuidadosamente los recorridos, buscar que se den los horarios escalonados y ordenadamente, procurar la mayor eficiencia posible para asegurar los itinerarios más atinados.Gradualmente, a fuerza de penalidades y trabajos, todos los habitantes de la ciudad requerimos enseñarnos a que nuestros hábitos y nuestras necesidades se ajusten lo mejor posible a las actuales circunstancias. Una condición, que afortunadamente existe y opera a favor de la ciudad, es la solidaridad que prevalece en la gran mayoría de los contextos urbanos. Gracias a ello podemos aspirar a ver, pronto, mejores tiempos.