El llamado que hizo el líder Morena, Mario Delgado, a los aspirantes a la candidatura presidencial para que no se vean como adversarios y desarrollen una competencia fraterna es un signo del temor que existe al interior de este partido.Uno de los objetivos prioritarios de Morena y del Presidente López Obrador es dividir a la oposición, pero también evitar que la que se divida vaya a ser Morena.Un caso es la exclusión recurrente del senador Ricardo Monreal como potencial aspirante a la candidatura de su partido.A pesar de que él ha expresado esa aspiración en todos los tonos, ha sido claramente excluido de las referencias presidenciales así como de eventos tan relevantes como el Congreso Nacional de Morena.Hay dos escenarios posibles en el caso de Monreal. El primero es que se negocie con él para ofrecerle la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. No está claro que Morena quisiera ni que Monreal aceptara.El otro escenario es que no haya negociación.Si no hay puentes posibles, entonces se hace posible que el zacatecano decida buscar una opción diferente a Morena para aspirar a la presidencia, abanderando alguna otra fuerza política.El otro caso a observar es el de Marcelo Ebrard.Aunque él no ha sido marginado de las referencias presidenciales y de eventos políticos, ha sido muy claro que ha tenido que remar contra corriente para poder seguir siendo un aspirante.No es difícil que con el paso de los meses, la cargada hacia Claudia Sheinbaum le deje ver a Ebrard que las posibilidades de ganar una encuesta en Morena serán muy reducidas.Siempre es posible una negociación para ofrecerle alguna posición, pero no es imposible imaginar que también pretendiera buscar alguna otra opción en otro partido.El caso del secretario de Gobernación Adán Augusto López es diferente, ya que todo indica que seguirá como una opción como candidato y que en ninguna circunstancia consideraría la posibilidad de contender por otra bandera.Hoy, es muy claro que Morena tiene una gran ventaja en las intenciones de voto respecto a los partidos individuales y aunque no tan grande, la mantiene, aún si se estableciera un bloque opositor aglutinado en los partidos que formaron Va por México.Sin embargo, esta circunstancia podría cambiar si al interior de Morena se producen fracturas.Hay quien piensa que la fuerza que tiene esta formación política proviene exclusivamente del Presidente de la República y que no se atreverán a desafiarlo ni Monreal ni Ebrard porque los aplastaría políticamente.Creo que ninguno de ellos tiene al enfrentamiento con el Presidente como su escenario más probable pero también tengo la certeza de que ninguno lo ve como algo que sea imposible.Tan decisivo en el ámbito político electoral es que la alianza opositora sobreviva a los vaivenes que hoy ocurren en la política como que Morena mantenga su unidad.Si la oposición se divide o si Morena se fractura, tendremos un entorno político totalmente diferente para el 2024.