Puerto Rico es el país que más ha sufrido y resistido la dominación norteamericana, sin embargo, lo que llaman el espíritu boricua sigue vivo, aunque en muchos sentidos solapado.Pero recientemente se ha fortalecido ante el desaire y el mal trato del que fueron víctimas los isleños, por parte de Trump y su camarilla de forajidos, después de la enorme desgracia climatológica que sufrieron. Muchos de los pitiyanquis, que andaban de contentillo con los gringos, se convencieron de la verdadera calaña de la mayoría de éstos y, lamiéndose las heridas, se aprestan a mutar su actitud…No es necesario aclarar que pitiyanqui equivale a gringófilo; esto es, entregado y sometido a los intereses norteamericanos… de los que hay muchos en nuestro país. Me pregunto si ahora que nos está yendo peor que nunca en la relación con ese país, tal modelo de mexicanos con el mismo valor humano que un billete de quince pesos, continuarán con su abyecta y sumisa actitud. Todavía recuerdo, no sin sentir fuertes náuseas, cuando hace 23 años agradecían al cielo el cada vez más dudoso Tratado de Libre Comercio y olvidaban que en el mundo hay otros países dispuestos a tratar con nosotros en condiciones más equitativas.Así se los espetó el embajador de México Juan A. Mateos en El Colegio de Jalisco, cuando recibimos al embajador de Sudáfrica: “Los empresarios de esta ciudad parecen suponer que el mundo se acaba en Houston…”Sin la calidad del imperio romano, el imperio del Tio Sam empieza a naufragar y, lo primero que hace, es llevarse por delante a sus países amigos.A los pitiyanquis mexicanos les faltó precisamente una fuerte mexicanidad y un acendrado respeto a su propio país, para manejar equilibradamente las relaciones con todos los países posibles, en vez de entregarse y, además invertir con delirio sus dineros en Estados Unidos, mientras en México se tenía que recurrir a la inversión extranjera.Recuérdese que es mucho el capital mexicano creador de mano de obra cara en USA, a cambio de los dólares que han generado mano de obra paupérrima en México, dando lugar a que una gran parte de ésta, acuda al norte a ofrecer también sus servicios muy baratos.Hemos comprado el rollo de la globalización, cuando ésta no es más que una palabra acuñada como sinónimo de colonización.¿Cuál ha sido la respuesta final ante tamaño servicio? Pues la política abiertamente antimexicana que acatan con humildad quienes ante los mexicanos desvalidos hacen gala de la mayor altanería. Ojalá se proceda a una verdadera contrición y busquemos en realidad otros mercados y alimentemos el nuestro. El buen juez por su casa empieza…