Antes que nada hay que señalar que es injustificable —desde cualquier punto de vista que se le vea— el tener documentos considerados como secretos fuera de la Casa Blanca o de la Administración Nacional de Archivos y Registros Presenciales. Pero los papeles clasificados o secretos encontrados recientemente en propiedades de Donald Trump y Joe Biden no pueden ser analizados desde la misma perspectiva de la acción porque aparentemente sucedieron bajo circunstancias diferentes.Apenas el pasado 18 de septiembre el presidente Joe Biden se había preguntado durante una entrevista con la cadena de televisión CBS —sobre el asunto de los documentos confiscados a Trump—, “¿Cómo puede ocurrir eso? ¿Cómo alguien puede ser tan irresponsable?”.Esta semana que el asunto explotó al conocerse que documentos con contenido clasificado estaban -supuestamente archivados— en una oficina donde despachó el actual presidente y en su casa, Donald Trump aprovechó la oportunidad, asomó la cabeza y en las redes sociales también se preguntó, “¿Cuándo va a hacer el FBI (Federal Bureau Investigation) una redada en una de las muchas de las casas de Joe Biden, incluso quizá en la Casa Blanca?. Esos documentos definitivamente no fueron desclasificados”.Sin embargo, hay diferencias significativas de cómo se descubrió que esos documentos no estaban en los archivos donde deberían estar y tomar en cuenta la manera como se conocieron los hechos, su volumen y como respondieron Trump y Biden. Con Donald Trump fue a través de una declaración jurada —con testigos protegidos— de 38 páginas ante el Departamento de Justicia que investiga al ex presidente, que ofrecía detalles de cómo Trump saco los papeles de la Casa Blanca y los llevó hasta su casa en la Florida, situación que fue negada por el inculpado y por sus asesores, por lo que se tuvo que recurrirse a una pesquisa donde fueron incautados. Mientras que en el caso de Biden, los papeles fueron hallados por su propios abogados, reportaron el hallazgo y entregaron inmediatamente.Además, de acuerdo con la cronología de los acontecimientos, Trump se llevó los documentos de la Casa Blanca después de la insurrección que provocó la invasión del Capitolio -6 de enero de 2021- y por semanas negó los hechos, agravando su situación por generar evidencias legales de obstrucción de la justicia, mientras Biden desde el primer descubrimiento reportó la situación. Y aunque las faltas son similares y tienen implicaciones legales significativas, las circunstancias sucedieron de manera muy distinta. Mientras que a Trump se le decomisaron 15 cajas con documentos secretos, a Biden solo se le encontraron algunos.La investigación del Departamento de Justicia ahora tiene la responsabilidad de conocer con detalle el contenido de los documentos clasificados como secretos o de contenido sensible y saber si fueron premeditadamente extraídos o de manera accidental, y lo más importante, si su contenido fue para ocultar algunos detalles que pudieran implicarlos directamente en algún asunto.La gran diferencia es que Trump se los llevó y negó su posesión repetidamente, mientras que Biden en el momento en que sus abogados encontraron los documentos lo reportaron y entregaron. El mismo Biden —estando esta semana en la Ciudad de México— dijo estar “sorprendido de saber que allí había registros del gobierno que fueron llevados a esa oficina”, y sus mismos abogados aclararon que los archivos encontrados en el Centro Penn Biden —donde el presidente trabajó después de dejar la vicepresidencia— no fueron requisados, “los documentos no fueron objeto de ninguna solicitud o consulta previa por parte de los archivos”.Las implicaciones pueden más severas para Trump al finalizar la investigación del Departamento de Justicia —al existir otro tipo de antecedentes—, ya que de acuerdo con La Ley de Espionaje se tipifica como delito que alguien sin autorización o deliberadamente retenga documentos que amenacen la seguridad nacional y no le entregue a solicitud de la autoridad para custodiarlo. Y para Biden, aunque posiblemente salga ‘menos raspado’ de la averiguación, va a tener un rato para divertirse con la reacción de los republicanos que desde la Cámara Baja ya empezaron a ‘pedir su cabeza’ y que el Departamento de Justicia actúe imparcialmente en ambos casos. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net