No acababan de limpiar los lodos de la tragedia del fin de semana pasado, cuando ayer les sobrevino nuevamente otra tromba.Por eso, en espera de que este fin de semana que inicia no se repita otro desastre como los que han arrebatado todo su patrimonio a al menos 66 familias cuyas casas quedaron inhabitables y a cientos más de la colonia Miramar y más de una treintena de colonias ubicadas en la parte baja del cerro del Colli y La Primavera que se inundaron de miles de toneladas de lodo en el municipio de Zapopan, mucho hay que aprender de esta costosa, dolorosa y nueva tragedia provocada por la mezcla de tormentas atípicas, que descargaron el sábado y domingo pasado el agua que tardó en caer el temporal pasado dos meses, la falta de mantenimiento en una incipiente y rebasada infraestructura hidráulica, y una evidente negligencia y corrupción para permitir construcciones y tiraderos de basura clandestinos en cauces de arroyos y otras zonas de alto riesgo.Así, los efectos de un fenómeno natural se maximizaron y lo hicieron mucho más devastador de lo que hubiera sido de no haber encontrado todo el caos urbano que el agua y el lodo arrastró a su paso, hasta irrumpir en cientos de hogares donde de milagro no hubo víctimas mortales que hubieran hecho más trágico el desastre, que más nos vale no quede impune.Lo primero que se tendrá que investigar y aclarar muy bien es porqué reventó uno de los gaviones que están aguas arriba del Arroyo Seco y que fue el origen de la caída demoledora de 11 mil metros cúbicos de lodos, troncos y basura que junto con la cantidad extraordinaria de lluvia desbordó el cauce de ese afluente.Los testimonios de los vecinos aseguran que esas especies de represas no tenían el mantenimiento adecuado, ni los desazolves necesarios para que cumplieran su función de contener y disminuir las crecidas de agua provocadas por las lluvias en la parte alta de la montaña. El arrastre de todo el material forestal y la erosión que quedó tras los incendios de la temporada de estiaje fue la gota que acabó de colapsar la sobrecargada cortina del gavión y la salida con toda furia de la tromba que terminó como laguna en la parte más baja de la prolongación de Avenida Guadalupe en la colonia Miramar.Lo más preocupante es que otros de estos gaviones están en las mismas condiciones en las que estaba el que reventó el fin de semana pasada y los cuerpos de protección civil señalan que no es conveniente intervenirlos en este momento por el riesgo que implica, por lo que la posibilidad de que el desastre se repita es latente. De hecho la nueva inundación ayer en Miramar podría deberse justo a la colisión de un gavión más.Además del deslinde de responsabilidades por la negligencia en el mantenimiento de esta infraestructura, habría que seguir la huella de quiénes fueron omisos y se enriquecieron al permitir construcciones en la ruta del cauce del Arroyo Seco y a los que también permitieron la operación de los basureros clandestinos.Son parte de los lodos de la corrupción que también deben limpiarse en Miramar y en otros muchos casos de inmundicias urbanas que ponen en vilo la vida y el patrimonio de muchos tapatíos.jbarrera4r@gmail.com