La pandemia del COVID-19 está generando un terremoto financiero y económico grave que ha lesionado y lesionará millones de trabajos a nivel mundial. El futbol no es la excepción a la norma.Aunque los sectores más privilegiados del balompié anunciaron bajas voluntarias de sueldo para afrontar la crisis, como el caso de la plantilla del Barcelona y la reducción temporal de 70% de los ingresos, la realidad es que los futbolistas multimillonarios son la excepción y no la regla en este deporte.Cuando Manuel Neuer, portero del Bayern Munich, señala que los futbolistas deben colaborar y aceptar una reducción salarial en situaciones extraordinarias, tiene toda la razón. El problema es que esto aplicaría para los jugadores del club bávaro (cada uno de los futbolistas del Bayern gana en promedio 6.5 millones de euros al año) o de la Bundesliga alemana en general, pero no para trabajadores de los estadios, utileros, fisioterapeutas, personal de la limpieza, o periodistas deportivos que cubren el campeonato, quienes ganan mucho menos dinero que el guardameta. En México, los recortes salariales o los despidos por la crisis económica provocada por el COVID-19, afectarán sobre todo a futbolistas y empleados de clubes de Divisiones inferiores, y especialmente a las mujeres, quienes militan en una Liga que paga bajísimos salarios a sus agremiadas.De acuerdo con el estudio “Global Sports Salaries”, realizado por la agencia Sporting Intelligence en 2017, una futbolista mujer mexicana recibe un sueldo promedio de tres mil 500 pesos mensuales, monto que queda por debajo del salario mínimo oficial vigente en México (123.22 pesos diarios, que multiplicado por 30 días da tres mil 696 pesos mensuales). Además, un jugador de la Liga MX varonil gana en el peor de los casos 25 mil pesos mensuales, diez veces más que el sueldo más bajo de una mujer (dos mil 500 pesos mensuales). La brecha salarial de género es más insultante si consideramos que jugadores varones de San Marino, la que menos paga a sus jugadores de un total de 68 campeonatos analizados en otro estudio de Sporting Intelligence, reciben cuatro mil 600 pesos al mes.De acuerdo con el reporte de empleo de 2016 de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), que analizó 87 Ligas de todo el mundo, se descubrió que 45% de los futbolistas reciben menos de mil dólares al mes. Aunque ese sueldo en pesos mexicanos parezca privilegiado (24 mil pesos), los costos de vida por país varían. También hay que añadir que a cuatro de 10 futbolistas no les pagan el salario a tiempo y más de la mitad de los jugadores en América Latina no tienen un contrato escrito que avale sus condiciones y derechos laborales. En el caso de las mujeres, las condiciones son más desventajosas, al grado de que nueve de 10 jugadoras se han planteado terminar su carrera en el balompié para conseguir un trabajo mejor pagado que alimente a sus familias.El tiempo corre en contra de muchos trabajadores. Por ejemplo, el club MSK Zilina de Eslovaquia anunció apenas ayer que entrará en un proceso de liquidación y despidió a 17 futbolistas por negarse a aceptar una rebaja salarial, ingresos que no son los de Lionel Messi u otra estrella de este deporte.“En los últimos años, más de 50 clubes de 20 países han cerrado sus puertas, sumiendo a cientos de futbolistas en la incertidumbre y la precariedad”, señaló el presidente de la FIFPRO, Philippe Piat.Con el COVID-19, esta cantidad de clubes puede incrementar a niveles exponenciales, por lo que será clave pensar en fondos de ahorro, sindicatos u otras estrategias para proteger a los jugadores de todo el planeta que se quedarán sin empleo.