
Los costos de la dependencia

Los costos de la dependencia
En la madrugada del martes 4 de marzo comenzaron a aplicarse los aranceles previstos para los socios comerciales de Estados Unidos por un 25% a las importaciones. Como respuesta, el primer ministro Justin Trudeau, de Canadá, anunció la aplicación recíproca de aranceles a los 155 mil millones de dólares en productos estadounidenses y China se va a enfocar en gravar las exportaciones agrícolas de este país con tasas de entre 10% y 15%.
En el marco de lo que parece ser el arranque de un conflicto comercial dentro de una de las regiones más productivas a nivel global, los gobiernos se plantean alternativas correspondientes a sus capacidades económicas. En este sentido, cuando la Presidenta Sheinbaum declara que las respuestas arancelarias y no arancelarias serán anunciadas el domingo en el Zócalo, se transmite una postura firme pero mesurada al reconocer las ventajas competitivas del vecino del Norte.
Las líneas de acción del Gobierno Mexicano no pueden alejarse demasiado de una lógica diplomática de incentivos. Desde que se dio cuenta de la posibilidad de que Donald Trump regresara a la Casa Blanca, México mantuvo el diálogo permanente procurando responder a las inquietudes del republicano. Por lo tanto, se puede esperar continuidad en los canales de cooperación priorizando la relación con el vecino, pero con medidas que, de manera estratégica, impacten positivamente el mercado mexicano en la sustitución de ciertos productos y gravámenes que presionen el comercio estadounidense.
Sin considerar si la Presidenta logra entablar diálogo con el republicano antes del domingo, un arancel sostenido de 25% a las importaciones mexicanas en Estados Unidos, que alcanzaron un valor de 505.851 millones de dólares en 2024 y representan el 85% del total, traería consigo una desaceleración económica de entre 0.5% y 1% (Moody’s) en 2025. Sería el ápice de una recesión. Y, tomando en cuenta que el vecino del Norte compra 171 mil 189 millones de dólares más de lo que nosotros le compramos, mostramos una fuerte dependencia del mercado que consolidó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Antes de escuchar la respuesta de la Presidenta, debemos asumir que el modelo de crecimiento y comercio que estructuramos en torno a nuestra economía nacional desde los noventas está llegando a un hito de cambio. Significa menor protección por el tratado comercial y una necesidad latente de diversificación para mitigar la caída del comercio, cuidar las calificaciones crediticias y evitar el desplome del tipo de cambio. Sin inversión y un bajo pronóstico para el consumo, mantener una relación favorable con Donald Trump podría ser la estrategia más viable para la economía mexicana.
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