Múltiples fueron las lecturas del tercer informe de seguridad que presentó el lunes el gobernador Enrique Alfaro que, como siempre, y como cualquier otro político o gobernante, destaca las cifras positivas y relativiza las negativas para hacer un autobalance favorable de este tema que sigue siendo la mayor preocupación de los jaliscienses y de los mexicanos.Lo que habrá que decir es que es de reconocerse que se mantenga la decisión, como en los dos años anteriores, de separar y hacer un reporte especial de seguridad, a parte de su tercer informe de gobierno.Al igual que el año pasado, el mandatario estatal exaltó la disminución en el último año de casi un 50 por ciento la comisión de los delitos patrimoniales (robo a personas, a cuentahabientes, a casas habitación, a negocios, robo de autos y autopartes). Como lo hemos dicho aquí, este es un avance innegable y por donde se le vea una buena noticia, más aún porque esta vez estas cifras vienen acompañadas, a diferencia del año pasado, de una importante baja en la percepción de inseguridad de los jaliscienses, según lo reportó el mes pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la onceava Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, que registró una disminución del 83.1 por ciento de los que sentían ese miedo a ser víctimas de algún delito en 2020 a un 76 por ciento este año, que ubicó a Jalisco en el lugar catorce, ligeramente arriba de la media nacional que quedó en 75.6 por ciento. Esto pese a que Jalisco sigue, de acuerdo a este mismo estudio, arriba de la media nacional en número de hogares asaltados y en número de víctimas de algún delito por cada 100 mil habitantes.Donde el panorama se ensombrece es en el eje homicidios dolosos-desaparecidos-fosas clandestinas-servicios forenses, por un lado, y por el otro, el tema de la violencia intrafamiliar y de género, sobre todo en su expresión extrema como son los feminicidios. En ese sentido, este tercer informe tuvo la grave omisión de no presentar cifras de casos de violencia intrafamiliar y violaciones que han crecido en los últimos dos años. Los hechos violentos de alto impacto y los homicidios que ocurren a toda hora y por todos lados, junto con el drama de cada historia de los desaparecidos y el hallazgo de cuerpos en cementerios clandestinos como en ningún otro estado de la República, eclipsan los logros como la reducción de los delitos patrimoniales.Se debe reconocer también que efectivamente la búsqueda más sistemática de desaparecidos que se ha logrado en la actual administración ha disparado el número de fosas y cadáveres exhumados, pero insisto, se trata de un avance incipiente e insuficiente para el tamaño de la tragedia. Lo que urge es detener a las mafias que cometen las desapariciones con toda impunidad y eso no se logrará mientras cada autoridad, la federal, la estatal y las municipales, vayan cada quien por su lado y sólo repartiéndose las culpas. jbarrera4r@gmail.com
