En estos tiempos de emergencia es indispensable apelar a los valores básicos que le dan cohesión y sentido a nuestras ciudades. Los barrios, como unidad humana y material que compone en primer lugar el tejido urbano, constituyen organismos vivos y actuantes. Dentro de ellos es posible el desarrollo de redes de solidaridad y protección mutuas.Es ahora posible, a estas alturas de la crisis por la pandemia, identificar cómo los habitantes de los muy diversos barrios tapatíos guardan en general las precauciones y las recomendaciones oficiales para evitar el contagio y la transmisión del virus. En términos amplios se puede advertir como muchos establecimientos comerciales y de servicios han adoptado los debidos protocolos y tratan de contribuir con su parte para defenderse ante el flagelo.En los tejidos barriales es posible mantener una continua comunicación, y una compartición de saberes y noticias que ayudan a mejor cuidarse. También, como ha sucedido en estos contextos desde siempre, se forman redes de ayuda mutua y de apoyo entre la comunidad.La relativa densidad de ellos obliga, por otra parte, a observar cuidadosamente la distancia social que por estos tiempos es obligada. Esto es posible si se emplea uno de los valores esenciales de la convivencia barrial: el sentido común y el respeto por la comunidad.Como se ha insistido muchas veces, los barrios metropolitanos requieren reforzar significativamente sus áreas verdes, y consolidar las existentes. La vegetación urbana, los arbolados y los macizos de plantas constituyen un filtro natural para todo tipo de contaminaciones (convencionales). Además cada nuevo espacio verde, cada plaza o jardín, aunque sean reducidos, mucho ayudan a mantener o reforzar el orgullo de los habitantes por su barrio.Pero lo básico es la vigencia y el funcionamiento de las redes humanas que logran formar comunidad e identidades. Un barrio sano y con vitalidad constituye un medio más resiliente a todos los elementos ajenos. Es una obviedad decir que con esto automáticamente se protegerá la comunidad de toda amenaza. Sin embargo, un medio humano solidario bien informado y comunicado siempre será un bastión en favor de la salud.
